La baja durabilidad de los muebles low cost, la obsolescencia programada de algunos RAEE, las compras compulsivas… son muchos los factores que alimentan la generación de residuos voluminosos. La adecuada gestión de sofás, colchones o muebles viejos o que ya no nos sirven se ha convertido en un reto ambiental importante.

Desde otoño de 2021 la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona está implementando un nuevo sistema de apertura electrónica de contenedores. Según los datos del estudio de caracterización realizado en marzo de 2022, en solo 6 meses la materia orgánica recogida de forma separada en el contenedor marrón se ha multiplicado por tres, pasando de 81.640 kg/mes a los 280.876 kg/mes. Este mes de septiembre, y con el reto de recuperar el 70% de materia orgánica que marca el Plan Integral de Residuos de Navarra para 2027, la Mancomunidad retoma la ampliación de la campaña.

¿Sabías que las maquinillas de afeitar, los productos de higiene bucal y los envases de cosméticos se pueden reciclar para darles una segunda vida? También los botes de cremas solares, los tubos de cremas labiales… Nuestra forma de vida genera residuos que poco tienen que ver con los de antaño y que necesitan una gestión específica. Para su tratamiento nacen empresas especializadas. Sin embargo, no debemos olvidar que el mejor residuo es el que no se genera.

En esta era de la información, la desinformación es una gran enfermedad. En ocasiones es difícil discernir entre lo cierto y lo falso y eso resta tiempo y energía a lo realmente importante que es hacer llegar un mensaje claro y conciso a la ciudadanía. En el caso que nos ocupa lo que se pretende transmitir es que lo que hemos hecho hasta ahora ya no sirve, por lo que debemos cambiar de hábitos y mentalidad. Los residuos no tienen por qué ser un desecho, sino que pueden ser un recurso, pero para que esto sea posible, es imprescindible la colaboración de toda la ciudadanía. Porque hacerlo bien nos une y nos beneficia, del mismo modo que beneficia a un planeta al que seguimos castigando con emisiones evitables.

Economía circular, reciclaje, reutilización, activismo medioambiental, acción social… Todos ellos son términos que ya existían hace cincuenta años y que con el tiempo han ido cobrando un nuevo significado gracias a entidades cono Traperos de Emaús Navarra.

¿Qué ocurre cuando se le acaba la tinta al boli? Plástico, metal, restos de la propia tinta… ¿Qué clase de residuo son? ¿En qué contenedor debemos depositarlo? ¿Es posible reciclarlo? La empresa TerraCycle puso en marcha hace 10 años un programa por el que ha recogido más de 638.000 Kgs de estos residuos en todo el mundo

26.078 pares de tarjetas entregadas, puesta en marcha de una app para abrir contenedores, 23.805 visitas a domicilios y 2.031 a establecimientos comerciales, información a pie de contenedor, puntos informativos itinerantes, educadores y educadoras desplazándose en bicicleta durante 6 horas diarias, eventos y visitas guiadas, 682 acciones de atención ciudadana y realización de encuestas. La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona ha echado el resto para que la puesta en marcha del nuevo sistema de apertura de los contenedores cale en la sociedad.

En un tiempo no muy lejano, “la forma de concebir el mundo era totalmente sostenible, en respeto constante por el ecosistema. Ahora hemos cambiado la manera de ver la vida, ya que, derivado del proceso de globalización, la mayoría de las personas no producimos aquello que vamos a consumir y esto da como resultado que no somos conscientes de los esfuerzos necesarios para producir todo lo que consumimos a cualquier nivel”. Son palabras de Elur Ulibarrena, directora del Museo etnográfico del Reino de Pamplona que nos presenta la exposición “Ontziak”.

Zabal es un pequeño pueblo cercano a Estella (Navarra) en el que vive y trabaja Jesús Prieto, junto a su hija Amaia. La economía circular y el residuo 0 se han convertido en el leifmotiv de su quehacer diario y el ecodiseño, en la nueva acepción que ha tenido que aprender para denominar a lo que lleva haciendo toda la vida. Nos recibe en su taller donde hace lámparas con duelas de barriles de vino.

Una empresa vasca ha conseguido tratar y reciclar las mascarillas sanitarias que se habían convertido en un residuo que iba directo a los vertederos. Ahora se recuperan y se convierten en combustible e hidrógeno.