El turismo sostenible va más allá de cumplir con una serie de actitudes o comportamientos responsables.
Hacer turismo sostenible consiste en respetar el medio ambiente y las culturas autóctonas, reconociendo que las comunidades que nos acogen deben ser las verdaderas protagonistas del desarrollo turístico. No se parece mucho al turismo de playa y sol más usual y es todavía un movimiento diferente, aunque no minoritario, ya que cada vez más gente apuesta por una oferta que crece cada temporada.
En el amplio abanico de propuestas sostenibles se promueven actividades en el entorno que garanticen a las comunidades una fuente de ingresos complementaria y coherente con su modelo de vida; y, sobretodo, un tipo de experiencia que favorece la interacción entre las comunidades de acogida y los viajeros.
Según reconoce Susana Conde, de Agrotravel Turismo Sostenible, “el viaje tiene que representar un medio de unión y entendimiento entre los distintos pueblos y culturas”, sólo así puede resultar una experiencia enriquecedora tanto para el visitante como para el visitado.
Para EcoMind Travel, un directorio de viajes alternativos y sostenibles, este tipo de experiencias tienen que ayudar a la persona que viaja a descubrir la belleza de cada país de una forma sostenible y respetuosa que siempre le puede enseñar algo y puede contribuir a su transformación personal.
Así lo entienden también en Taranna, una agencia de viajes que desde hace 25 años no ha dejado de ofrecer nuevas opciones para personas que viajan de forma responsable. Viajes por todos los continentes; viajes a medida o viajes temáticos siempre diseñados para cumplir con varios fundamentos básicos: que fomenten la economía local; que se centren en la cultura del lugar desde el cuidado del patrimonio y de la gastronomía, entre otras manifestaciones; que supongan experiencias que faciliten la participación en proyectos sociales, o que se basen en la solidaridad.
Mucha gente piensa que decantarse por esta forma de viajar implica sacrificar comodidad o diversión, pero a la vista de los comentarios que salpican la página web de Taranna, parece que una vez inmersos en el viaje la clientela olvida la cantidad de estrellas que debe tener su alojamiento y se empeña a fondo en su ánimo de ver todo y de encontrar tiempo para optimizar la vivencia de todas las experiencias.
Teniendo en cuenta las palabras de los expertos y el hecho de que el turismo es el responsable del 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo (Nature Climate Change), quizás sería aconsejable valorar un poco más las propuestas que aquí se presentan a la hora de planificar vacaciones, escapadas o descansos.
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