En París se la conoce con el nombre de eau de garraffe, y es el agua del grifo de excelente calidad que se sirve en unas modernas botellas de cristal. Se trata de una práctica obligatoria por ley para los restaurantes, aunque las guías turísticas advierten de la necesidad de dejar claro a los camareros que para beber sólo quieres agua del grifo o “l’eau de robinet».
Inglaterra también tiene un nombre para este agua. Allí le llaman jug of tap water y es un derecho, recogido también por ley, que vela porque en cualquier establecimiento con licencia de Inglaterra, Escocia y Gales se deba servir agua, apta para el consumo humano, de forma gratuita a quien lo solicite. Es importante el detalle de “con licencia” ya que bajo ese epígrafe se contemplan bares, restaurantes, discotecas, pubs, locales de comida rápida, teatros, cines y espacios públicos con dependencia municipal y centros de trabajo, pero no así estadios deportivos, centros de ocio, clubes deportivos o parques de atracciones. No obstante, puede ser posible que aunque el agua no se cobre, si se le haga pagar a la clientela un pequeño cargo por el uso de los vasos.
En Navarra, y más concretamente en Pamplona y su comarca, la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona lleva de 2010 poniendo al servicio del sector hostelero y de centros municipales jarras de cristal reutilizables, con un exclusivo y atractivo diseño ergonómico y rotuladas en castellano, euskera y braille. Además, la Ley Foral de Residuos, aprobada en junio, obliga a servir agua del grifo a todos aquellos clientes de establecimientos hosteleros o de restauración que lo demanden.
Donostia también ofrece jarras que se pueden solicitar via web y en general se su utilización con el objetivo de solventar la disponibilidad de recipientes donde presentar el agua, además de potenciar el consumo de agua de grifo y reducir la producción de residuos.
El agua, junto a la cerveza y al café, es uno de las consumiciones que más rentabilidad deja en los establecimientos hosteleros. Quizás esa sea la razón por la que el sector se muestre un poco contrariado con la medida. Sobre todo por el coste logístico que les supone: disponibilidad de jarras, limpieza de vasos extras o el coste laboral del camarero que tiene que servir el vaso o la jarra.
Pero los residuos asociados a la cultura del agua embotellada son los que en gran medida están detrás de esta nueva tendencia. España está entre los cinco países europeos y diez del mundo donde más agua embotellada se bebe: 126 litros por persona y año. Este alto consumo lleva parejo también un alto coste medioambiental producido fundamentalmente por la generación de residuos plásticos, con los que generalmente se fabrican las botellas y la explotación de recursos naturales y energéticos para obtener y transportar el agua.
Son cada vez más las iniciativas que persiguen la utilización de un recurso natural que en España goza de una calidad contrastada en el 96,1% de la geografía. La última la ha protagonizado la organización de consumidores OCU para resaltar que el consumo de agua de grifo es lo recomendable por su bajo coste, por ser la opción más saludable, la que menos residuos genera y porque al ser un bien básico, de primera necesidad, debe estar siempre a disposición de los consumidores.
Navarra ha legislado ya al respecto y además de facilitar el consumo de agua de grifo en los establecimientos de hostelería, prohíbe la venta de botellas en edificios públicos, a excepción de los hospitales y empresas. En estas últimas, no obstante, estarán obligadas a instalar y mantener “una fuente de agua potable y acceso gratuito”. Además, en los eventos públicos, “patrocinados, organizados o subvencionados por las administraciones públicas se deberán implantar alternativas a la venta y distribución de bebidas envasadas” y garantizarse el acceso a agua del grifo “con vasos reutilizables o agua en botellas reutilizables”.
Europa trabaja para que todos los estados miembros fomenten el suministro gratuito de agua en restaurantes, cantinas y servicios de comida. Andalucía y Baleares cuentan con proyectos normativos parecidos pendientes de aprobación y la Comunidad Valenciana ha presentado una proposición no de ley muy similar. En Castilla y León, los establecimientos de restauración tienen prohibido cobrar por el consumo de agua no envasada.
No conocer bien nuestros derechos, sentir cierta incomodidad a la hora de pedir agua de grifo o recelar de la calidad del agua son algunos de los hándicaps a los que se enfrenta esta `nueva forma de relacionarnos´ con el agua del grifo. Con todo, y como se apunta en este artículo, podemos beberla sin problemas.
Fuentes:
http://www.mcp.es/agua/uso-responsable/agua-de-grifo-en-los-restaurantes
https://www.nuevatribuna.es/articulo/economia/escandaloso-negocio-agua-embotellada/20171227165446146742.html
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