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Solidaridad entorno al acceso al agua, otra de las cosas buenas que nos dejará el COVID-19

Grifo de agua corriente adosado a una pared

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El agua es imprescindible para la supervivencia del ser humano. Eso no es nada nuevo. Pero cuando hay grandes catástrofes o crisis, como la socio-sanitaria que está provocando el coronavirus a nivel mundial, cobra especial protagonismo. Sobre todo, cuando falta… Y es que esa puede ser la diferencia entre una población sana y otra especialmente castigada por la enfermedad.

El acceso a agua potable no está distribuido de igual forma en todas las partes del mundo. Algunas comunidades tienen problemas para conseguirla. Ese es el caso de la reserva Hopi de indios navajos, situada en el suroeste de los Estados Unidos, y una de las mayores reservas indias del país.

Por eso Ethel Branch pensó iniciar una campaña de recaudación de fondos para hacer frente al COVID-19. Esta fiscal general de la Nación Navajo nunca pensó que su llamada iba a tener tanta repercusión. Llegó incluso a transcender fronteras y encontrar buena parte de los donantes entre la población irlandesa. 

¿Y por qué Irlanda? El origen de esta solidaria historia se remonta a 1847, cuando una tribu de indios navajos, pese a su pobreza, recaudó 170 dólares con los que compraron alimentos para los irlandeses que padecían por entonces La Gran Hambruna de la Patata. Ahora, casi 175 años después, es la nación navajo la que, con un sistema sanitario débil, muchos hogares sin agua corriente ni acceso fácil a alimentos, ha requerido de ayuda urgente y la ha obtenido. Ethel Branch sembró la semilla y una periodista irlandesa, que conoció la historia por Twitter y retuiteó la llamada del pueblo navajo, hizo el resto. En apenas 24 horas el saldo de la campaña pasó de 2 a 3 millones de dólares con los que se quiere mitigar el efecto de covid 19 entre la población navajo. 

El caso de esta reserva americana es simplemente un ejemplo de la situación  en la que se encuentran actualmente millones de personas en el mundo que luchan contra el enemigo mundial número uno: el COVID-19. 

Agua, saneamiento y la higiene son la primera línea de defensa contra el virus. 

La transmisión del virus se produce con mayor frecuencia a través de nuestras manos y el riesgo aumenta cuando tocamos a una persona infectada o tocamos una superficie que una persona infectada haya tocado. De ahí la importancia de los lavados de manos cuando preparamos la comida, antes de comer, después de usar el baño y cuando corremos cualquier riesgo de exposición al virus. 

Sin embargo, esto requiere del acceso a servicios de agua y saneamiento fiables y suficientes en el hogar, en las instalaciones de salud, espacios de trabajo, etc., para que no se conviertan en puntos de infección. 

Como nos apuntan desde la Fundación We Are Water, la falta de agua corriente, saneamiento y en consecuencia la falta de higiene, es un problema para luchar contra el COVID-19 y contra muchas otras enfermedades infecciosas y de eso saben bastante en esta fundación que desde hace 10 años se afanan por proveer de letrinas, embalse, pozos o sistemas de riego a más de 700.000 personas en África, Asia y América. Porque si una población tiene agua, tiene mayor posibilidad de salud, mejor alimentación y hasta mejor educación, ya que los más pequeños pueden dedicarse al estudio en lugar de invertir horas en caminatas hasta el pozo más próximo.

En la actualidad, se calcula que alrededor de 2.100 millones de personas, el 75% ubicado en países menos desarrollados, no disponen de suministro de agua “en el lugar de uso, disponible cuando se necesita y no contaminado”. 

Son muchas las organizaciones que han movilizado sus recursos para acercar el saneamiento seguro a millones de personas en estos momentos. 

La plataforma global Saneamiento y agua para todos (SWA) ha lanzado una declaración en la que pide expandir el acceso al agua, el saneamiento y la higiene como forma imprescindible de combatir al COVID-19 y a su llamada han respondido muchos de sus socios entre los que se encuentran Jefes de Estado, líderes de agencias de las Naciones Unidas, instituciones internacionales financieras y civiles. 

La llamada se ha traducido además en una plataforma abierta de recursos y herramientas sobre COVID-19 y WASH (Water, Sanitation and Higiene/Agua, Saneamiento e Higiene) donde, por ejemplo, se pueden consultar algunas de las medidas que se están tomando a nivel mundial sobre estos temas. 

A nivel particular, muchas otras organización como AURA , Comité de Emergencia o We Are Water tienen campañas de captación de fondos para extender la higiene en el mundo y salvar el mayor número de vidas posibles. 

Comunicación, solidaridad, acción y transparencia en torno al agua y el saneamiento adecuado en todo el mundo parecen indispensables para fortalecer la preparación, la respuesta y la coordinación global frente a las enfermedades infecciosas. 

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