Desde el pasado 1 de agosto, los taxis españoles y los vehículos de transporte con conductor de hasta nueve plazas han tornado sus matrículas traseras del blanco al azul. Un cambio que va más allá del aspecto estético puesto que posee otras implicaciones: por un lado, supone una mejor identificación de los vehículos que prestan servicio de taxi; por otro, trata de evitar la aparición de taxis piratas.
La piratería está generando problemas de competencia leal en muchas ciudades, especialmente en grandes urbes como Madrid, Barcelona o Mallorca. Las personas usuarias del servicio también se ven perjudicadas por ella, ya que pueden sufrir problemas de seguridad personal. En 2016, se aprobó una proposición no de ley en la comisión sobre Seguridad Vial y Movilidad Sostenible del Congreso de los Diputados, que contenía diferentes medidas para luchar contra el incremento del intrusismo que poco a poco se ha intentado combatir. Esta nueva normativa, por lo tanto, responde a aquella proposición de ley.
Con todo, el cambio del color sólo afecta a la matrícula trasera de los vehículos. La delantera se mantendrá, como hasta ahora, con un fondo blanco y los números y letras en negro. Además, el colectivo de los taxis tiene el plazo de un año para contar con un parque móvil adaptado a la nueva normativa.
A día de hoy no todos los taxis tienen la matrícula trasera azul, solo la tienen los coches que han sido renovados a partir del 1 de agosto del 2018 y los que lo hayan hecho voluntariamente. La totalidad de la flota tendrá la matrícula trasera azul a partir del 1 de agosto de 2019.
Esto quiere decir que si usted utiliza habitualmente cualquier servicio de transporte con conductor, es posible que se encuentre con vehículos ya modificados, por lo que será más fácil reconocerlos.
Si no es así, tendrá que fijarse en las señalizaciones tradicionales y específicas de cada ciudad y servicio, para asegurarse de que está ante un servicio legal y con garantías: vehículos con un máximo de años de antigüedad, que aplican tarifas estandarizadas y cuyos trayectos son controlados por sistemas de gestión desde las centrales de cada servicio.
El colectivo de profesionales ha aceptado la medida con buen talante ya que considera que intenta aportar seguridad a un sector en continua transformación: vehículos eco, vehículos adaptados para personas con problemas de movilidad, adopción de recursos tecnológicos como el GPS o apps específicas para hacer más accesible, rápido y seguro el trayecto. Los taxis y los servicios de transporte con conductor/a reclaman así su posición como un elemento importante dentro de la nueva movilidad que se está promoviendo en todas las ciudades.
Imagen: Hegoplac
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