Hasta los años 80, sobre el acuífero de Arteta se situaban los pastizales de la Sierrra de Andía, que soportaban las más altas cargas ganaderas de la Comunidad Foral de Navarra, así como las superficies de cultivo de las poblaciones del Valle de Goñi. La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, velando por la garantía del agua que da de beber a más de la mitad de la población navarra, tuvo que establecer un perímetro de protección de 113 km2. Esta es la historia.