La loque americana está diezmando la población de abejas mundial, lo que está acarreando una serie de consecuencias difícilmente reversibles. Las poblaciones de plantas existentes disminuyen; la calidad del aire empeora; los suelos sufren mayor erosión; el ciclo del agua se altera porque las plantas no devuelven suficiente agua a la atmósfera; y se merman los cultivos de algunos alimentos, dado que, el 85% de las 1 400 plantas de cultivo que existen requiere la polinización animal. Es necesario encontrar una pronta solución.