Se calcula que una bola de aluminio genera 4 gramos de residuos. Si esta cantidad la multiplicamos por 25 alumnos por clase que acuden 175 días lectivos al colegio nos da la nada despreciable cifra de 17 kilos y medio de residuos de papel de aluminio sólo en un aula. Imaginando que un centro escolar cuente con 20 clases, la cifra alcanzaría 350 kilos de residuos sólo en un colegio.
Todo ello no dejaría de ser una mera cifra si no reparáramos en el alto coste energético y de recursos que supone su fabricación. Cada tonelada de aluminio requiere entre 17 y 20 MWh de energía para su obtención, y consume en el proceso 460 kg de carbono, lo que supone entre un 25 % y un 30 % del precio final del producto, convirtiéndolo en uno de los metales más caros de obtener.
Por otra parte, los procesos de reciclaje y reutilización del papel de aluminio presentan grandes dificultades, ya que tiene que cumplir requisitos importantes: tamaño mayor de 60mm, una compactación determinada y una suficiente masa de material de aluminio.
Por todo esto, en muchos centros escolares aconsejan sustituir este papel de envoltorio por bocadilleros, fiambreras y muchas otras alternativas más que con imaginación cada cual puede fabricar en su entorno doméstico: bolsas de tela, etc.
Pero ¿necesitas más razones?
Razones para reducir el uso del papel de aluminio
1. Vida útil muy corta. ¿Te has parado a pensar cuánta vida útil tiene el envoltorio de papel de aluminio? Apenas unas horas; las que transcurren desde la preparación de bocadillos o la protección de alimentos, hasta su consumo
2. Alto coste de producción. Para fabricar 1 kg de aluminio son necesarios 8 kg de bauxita, que es la roca de la cual se extrae el óxido de aluminio, y movilizar 85 kilogramos de materiales. A esto se le llama el factor mochila del aluminio y tiene una gran incidencia medioambiental.
3. Alto coste energético. Los hornos de fusión de aluminio necesitan temperaturas superiores a los 2000 grados centígrados.
4. Difícil recuperación. En las plantas de clasificación de envases se utilizan máquinas que generan corrientes de Foucault para la separación del aluminio (bolsas aluminizadas, papel de aluminio, latas, tetrabrik, pequeñas piezas metálicas…) del resto de residuos de envases que circulan por las cintas. En ocasiones, el pequeño tamaño del aluminio dificulta la separación en máquinas.
5. La prevención de residuos ocupa el primer lugar en la jerarquía de residuos establecida por la Unión europea. El objetivode prevención es lograr la reducción del 12% de los residuos en 2027 y ese objetivo sólo es factible con la corresponsabilidad de la ciudadanía y las instituciones.
¿Dónde lo tiro?
Es una de las dudas más comunes a la hora de separar los residuos de papel de aluminio, ¿dónde lo deposito? La próxima vez que te surja esta duda recuerda que se le considera un envase, al ser empleado para envolver un producto utilizado por el consumidor o consumidora final, y por lo tanto debe depositarse en el contenedor amarillo para poder ser reciclado.
No obstante, cuando un centro escolar realiza una campaña de reducción en la que necesita medir la producción y los resultados de mejora, se recomienda una recogida exclusiva del papel de aluminio. Después de los análisis pertinentes, Traperos de Emaús se encarga de recoger los contenedores, cubos o depósitos llenos de ese producto y recuperarlos bajo el tratamiento de “voluminoso”.
¿Qué ocurre después?
Una vez generado, la recogida separada y correcta del aluminio es la única condición que permite su recuperación y reciclaje. El aluminio es un material que no pierde sus propiedades y que se puede reciclar tantas veces como se quiera.
Además, producir aluminio a partir de material reciclado requiere hasta un 95% menos de energía que si hay que producirlo directamente con materia prima virgen.
Por eso, es imprescindible su reciclaje.
Si te has quedado con ganas de conocer más detalles de cómo se produce o cómo se recicla el aluminio, te recomendamos el siguiente video creado por ARPAL, la Asociación para el Reciclaje de Productos de Aluminio:
Imágenes: Mancoeduca
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