A lo largo de una semana de noviembre, normalmente la penúltima o última, miles y miles de personas voluntarias europeas corren la voz sobre el consumo sostenible y la economía circular en sus comunidades. Es lo que se denomina Semana Europea de Prevención de Residuos o European Week for Waste Reduction (EWWR), que este año se celebra del 20 al 26 de noviembre
Con este motivo, Elur Ulibarrena, directora del Museo etnográfico del Reino de Pamplona, ofreció el día 20 en el Molino San Andrés de Villava (Navarra) una visita guiada por su exposición “Ontziak”, una exposición temporal compuesta por una selección de piezas etnográficas que forman parte de la colección permanente del propio museo.
“Ontziak” (“Recipientes” en castellano) es una muestra que pretende profundizar en la importancia del diseño y mejora continua de los recipientes desde un punto de vista antropológico, haciendo hincapié en la innovación que ha ido dando paso al progreso mediante el uso del ingenio y la experiencia diaria como fuentes de inspiración.
Pero, sobre todo, refleja la forma de vida de nuestros ancestros, totalmente sostenible, en respeto constante por el ecosistema. Viendo esta selección es fácil reflexionar sobre la importancia de conservar, aprovechar, recuperar y reutilizar los utensilios de casa, tal y como se hacía antes, porque ellos hablan de nuestra historia. Contenedores de agua, de alimentos y de otros recursos, todos tienen algo que decir. “Hemos cambiado totalmente la manera de ver la vida, ya que, derivado del proceso de globalización, la mayoría de las personas no producimos aquello que vamos a consumir –explica Ulibarrena-. Esto da como resultado que no somos conscientes de los esfuerzos necesarios para producir todo lo que consumimos a cualquier nivel. Además, pocas personas nos planteamos cuántos recursos son necesarios para satisfacer nuestros consumos… Hace poco tiempo esto no era así; se medían muy bien tanto el esfuerzo como los recursos a utilizar”.
Las piezas de la muestra han sido seleccionadas por su valor histórico artístico y tecnológico, pues encierran conocimientos ancestrales muy variados. Los recipientes son de diferentes materiales: piedra, cerámica, metales, madera, cuerno, textil, mimbre, calabaza, etc.… y se acompañan de fotos de archivo. “Si tengo que señalar alguno curioso, seguramente mencionaría el calentador de bañera. Es una pieza de cobre martilleado, del S XVIII, que tiene una tecnología muy moderna para su época y que resuelve un problema muy común, como es que se enfríe el agua de la bañera. Está muy bien pensado y muy bien ejecutado, lo que denota que la persona que lo hizo tenía gran conocimiento de la problemática y de la tecnología a emplear y del material más adecuado para solucionarla”, comenta Elur.
También añade que el conjunto “se compone de objetos artísticos que forman parte de las denominadas “artes menores”, “arte popular” o artesanía. Nuestros/as antepasados/as, en su época pensaban, creaban, repensaban y solucionaban los problemas que les iba planteando la vida, muchas veces con gran sensibilidad artística. Por eso los objetos que se exponen son, en sí mismos, auténticas obras de arte, ya que, siendo objetos de uso cotidiano, tienen el valor añadido de la estética”.
Para terminar, Elur Ulibarrena define esta muestra como una ventana a la reflexión “sobre el modelo de consumo actual y sobre la desconexión que tenemos con el entorno comparada con la que se tenía hace pocos años. Tenemos que volver a conectar con nuestro entorno”.
Deja una respuesta