*Foto Portada: Rolex
“La Gringa Loca”. Este es el apodo que le pusieron los habitantes de Quebrangulo (Brasil) a Anita Studer, una ornitóloga suiza que fue al país para estudiar el mirlo de Forbes (Anumara forbesi) y que lleva casi 40 años trabajando en la recuperación del bosque de Pedra Talhada.
Su aventura comenzó cuando la hoy conservacionista se graduó en ornitología en la Universidad de Nantes (Francia) y centró su tesis doctoral en el estudio de esta ave en peligro de extinción. En 1981 viajó a Brasil a estudiarla con detalle junto, a su director de tesis. Él fue quien le advirtió que debía darse prisa, puesto que se preveía que en 9 o 10 años pudiera desaparecer el bosque y con el también el chango (mirlo). Esta información impactó a la joven estudiante, quien en aquel mismo momento tomó la determinación de dedicarse en cuerpo y alma a salvar primero el bosque, para así garantizar el hábitat del ave.
Los comienzos no fueron fáciles. Pedra Talhada era un territorio donde los trabajadores a sueldo se dedicaban a la ganadería y al cultivo de la caña de azúcar, por lo que talar el bosque facilitaba tener terreno para desempeñar sus actividades. Para la mayoría la selva no era más que la guarida de animales y personas peligrosas.
Por eso, una de las primeras acciones que emprendió Anita fue contactar con los dueños de las tierras y con la clase política que eran quienes tenían poder de decisión y persuasión. Su carácter risueño y su simpatía le abrieron muchas puertas, porque nadie la vio como una amenaza. Sin embargo, eso no le ayudó a que la tomaran en serio.
Otro obstáculo que encontró en su camino fue constatar que entre las preocupaciones de la población no estaba la necesidad de conservar el bosque. Problemas como la falta de escuelas o dispensarios era más acuciante que lo que pudiera ocurrirles a unos cuantos árboles. Estaba claro que el proyecto que había que emprender no era solo ecológico, sino también social.
Con todo, en plena campaña electoral, Anita contactó con el alcalde y le propuso un pacto: ella se encargaría de construir una escuela (hecho que le aseguraría a él muchos votos) si él conseguía que el resto de alcaldes de la región firmaran una petición para preservar un fragmento de Pedra Talhada. El alcalde aceptó y ella no tuvo más remedio que ponerse manos a la obra para conseguir los fondos necesarios para lograr su objetivo.
Así fundó en 1985 la ONG Nordesta para la reforestación y la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones rurales en las zonas tropicales.
Gracias a esta asociación, y a los fondos recaudados, Anita consiguió construir la escuela y, paralelamente, poner en marcha una campaña de educación ambiental con el fin de transmitir la necesidad imperiosa de proteger la selva.
Después, emprendió un plan de reforestación. Pidió permiso a los terratenientes y contrató a quince hombres del pueblo para plantar árboles con el fin de conectar Pedra Talhada con otros tramos del bosque, cruzando la frontera estatal (la zona acabó siendo declarada una reserva oficial, reconocida por los gobiernos estatales).
Y por último centró la atención en el beneficio de la protección del bosque como medio para conservar el agua, haciendo hincapié en el mensaje de que los árboles retienen el agua, permitiendo que se filtre en la tierra y alimente a los 169 manantiales en el bosque que dan de beber a 300.000 personas.
Su mensaje y su labor poco a poco han ido calando.
Así, en estos años, se han replantado ocho millones de árboles de un centenar de variedades distintas que se cultivan en los tres viveros que ha establecido Nordesta en los alrededores. Eso ha traído consigo una gran biodiversidad botánica y biológica en el bosque.
Las 300 aves que antes vivían en el bosque, ahora se han multiplicado por diez.
Y, lo más importante, Anita ha conseguido convencer a los habitantes locales de que salvar el bosque es la mejor opción. La clave de ello, tal y como predijo desde el primer momento, ha sido no solo desarrollar actividades para proteger el medio ambiente, sino, además, trabajar en la mejora de las vidas de las personas. Proyectos basados en la educación medioambiental, la apicultura, la agroforestería, la publicación de cómics para educar a los niños sobre la naturaleza, y la construcción de escuelas y talleres, etc. han permitido establecer nuevas fuentes de ingresos en las economías domésticas, en equilibrio con la naturaleza.
Su plan de acción ha tenido tal repercusión que se ha replicado en catorce estados brasileños donde se han instalado placas solares para iluminar escuelas, aprobado una campaña para proteger especies amenazadas y puesto en marcha investigaciones científicas para estudiar la biodiversidad brasileña.
Todo este trabajo hizo que Anita ganara el Premio Rolex a la Iniciativa en 1990. Además, fue merecedora del premio «Ciudadana de honor» otorgado por autoridades municipales y políticas estatales, por el servicio prestado a Sudamérica, así como del título de Caballero de la Legión de Honor otorgado por el gobierno francés en 2009.
Su labor de conservacionista la ha compaginado con la de divulgadora, publicando en estos años publicando 15 artículos en revistas científicas, principalmente sobre la vida de las aves en Brasil, además de un libro.
No es la primera vez que nombramos en este blob conservacionistas. Así, tenemos el caso de Hindou Oumarou Ibrahim (leer aquí), o Nemonte Nenquimo (leer aquí) Pero no son las únicas. De hecho, tal y como comentábamos en otro post, quizá tú también seas activista y no lo sepas (leer aquí).
Fuentes:
https://www.rolex.org/es/rolex-awards/video/milestones/environment/anita-studer
https://www.rolex.org/es/rolex-awards/environment/anita-studer
https://www.rolex.org/es/rolex-awards/milestones/environment/anita-studer
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