El 5 de julio desembarcarán en Ecuador 2.500 libros en un contenedor de conservas. Su destino será la provincia de Manabí en Ecuador y su finalidad, comenzar a ocupar las estanterías de las 21 bibliotecas que se pretende abrir en las correspondientes parroquias de la zona.

La iniciativa parte de Traperos de Emaús Navarra. “Iñaki Rey es un voluntario que colaboró con Traperos estrechamente –comenta Fernando Armendáriz, encargado de la sección de libros de la entidad-, y él tenía mucha relación con la zona de Cojimíes, un pueblo costero al norte de Manabí. A él fue al que se le ocurrió montar una biblioteca por cada una de las parroquias de la zona para impulsar el hábito de la lectura, así como el encuentro de las gentes y el acceso a la literatura en todas las edades”.

La idea era buena, pero presentaba una dificultad: los libros debían de llegar allí sin que costara dinero ni a quien enviaba, ni a quien recibía.

Esta dificultad se salvó a través de la filial de conservas Isabel en Ecuador. “En cuanto supieron cuál era nuestra intención se prestaron a ayudarnos. La empresa tenía que enviar un contenedor a Ecuador que no llenaba y nos ofreció espacio en él. Así que, gracias a esta firma, conseguimos cargar en Bermeo 4 palés, con 101 cajas libros, aproximadamente 1.300 kg”.

Aquel fue el primer envío y desde Traperos ya se está preparando el segundo. “¡Es que hay que proporcionar material para las veinte bibliotecas!”.

Los criterios que sigue para hacer la selección de títulos pasa desde el buen estado del libro, “que sea de esos de los que venderíamos en el rastro y no de los que desecharíamos”, hasta que no tenga una visión eurocentrista, “a los libros de historia, por ejemplo, les echamos un ojo censor”.

Además, tiene en cuenta el público final al que va dirigida la lectura, así como su entorno, realidad y modo de vida. “Dado que son libros para zonas rurales antes escogeríamos las aventuras de Julio Verne que no “La insoportable levedad del ser”, por ejemplo”.

Y, respecto a la temática, es variada: arte, religión, educación, pedagogía, naturaleza, “Queremos que lo que enviamos se pueda convertir en recursos educativos o de divulgación. Pero si nos piden algo concreto, haremos lo posible para enviarlo también”.

Seguro que material no falta. Traperos de Emaús Navarra recoge al día unos 500 kg de libros de segunda mano. Los que están en buen estado los pone a la venta en los cinco rastros que tiene en la Comarca de Pamplona o en los dos que tiene en Estella y Tudela. Los que no son vendibles, por el contrario, pasan un filtro. “Si están destrozados, los enviamos directamente a reciclar, salvo que sean antiguos. En ese caso, evaluamos su valor histórico y, si lo tienen, los restauramos y conservamos”.

Por lo tanto, parece que las bibliotecas de Manabí van a seguir recibiendo libros. Pero ¿hasta cuándo? “Hasta que nos digan basta o podamos. Hay que tener en cuenta varios factores que pueden influir en la decisión. El primero, que no puede suponernos gasto. Y el segundo, que no hay que olvidar que es mucho mejor el consumo local y de cercanía, por lo que, si allí consiguen partidas presupuestarias para adquirir libros, lo mejor y lo más sensato es que los compren allí”.

Pero parece que ese momento aún no ha llegado, porque mientras dice esto, Fernando sigue apilando los libros que enviará en el siguiente contenedor de conservas. “Está claro que mientras podamos colaborar, colaboraremos”, concluye

No es la primera vez que hablamos de la segunda vida de los libros en este ecoblog. Consulta este post.

Tampoco de Traperos de Emaús Navarra (consultar aquí).