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Cose Telas, una iniciativa para arreglar o dar una nueva vida a los tejidos textiles

Al estilo de los ya conocidos Repair Café, espacios de libre acceso donde las personas se juntan para reparar pequeños electrodomésticos, los espacios Cose Telas cada vez son más habituales, quizás como muestra de una mayor concienciación hacia el problema de los residuos textiles.

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En un post anterior hablábamos del auge que estaban experimentando ciertas técnicas textiles que tenían en la reutilización de las telas su razón de ser: Patchwork, sashiko, fuxico… Pero no hay que mirar a grandes trabajos de artesanía para comprender que los pequeños arreglos y apaños de ropa nos pueden ahorrar mucho dinero, además de brindarnos la oportunidad de relajarnos y pasar un rato agradable, aguja en mano.

Quizá esa sea la razón por la que los espacios Cose-Telas estén cada vez más solicitados.

Uno de ellos se encuentra en el centro de tratamiento textil que Traperos de Emaús tiene en Berriozar (Navarra). Un taller espacioso, con grandes mesas, máquinas de coser domésticas y máquinas profesionales con las que poder remallar, recubrir o trabajar de forma industrial.

Todas las tardes de los viernes, antes de las cuatro de la tarde, una fila de personas de todas las edades espera paciente a que se abran sus puertas. Acuden con la intención de utilizar gratuitamente el espacio y la maquinaria allí disponible para coser o para arreglar prendas y para recibir el asesoramiento de Alazne Juaniz

Autodidacta en el mundo de la costura, su formación como patronista, su conocimiento de diferentes formas de artesanía como el patchwork  o el fuxico y su trabajo como diseñadora de ropa la hacen la tutora perfecta de este espacio que promulga el reaprovechamiento textil entre los usuarios. 

“Cada persona que viene trae su proyecto: desde coser unas cortinas hasta arreglar una falda o coger el bajo de un pantalón –explica Alazne-. Es un espacio libre, donde cada persona viene cuando quiere y permanece el tiempo que necesita entre las cuatro y las ocho de la tarde”.  

El espacio Cose Telas “no es un lugar donde se va a aprender a coser –remarca Alazne-. Yo puedo aportar conocimiento de cómo coser mejor a mano una pieza o de cómo coger un dobladillo, pero no puedo estar tutelando a cada persona que viene en particular”.  En cuanto al tipo de personas que acuden explica que “en general los hombres vienen cuando necesitan aprender a arreglarse alguna prenda, mientras que las mujeres se lo toman más como un taller donde están un tiempo cosiendo en compañía”

El taller está pensado, sobre todo, para personas que necesitan coser algo a máquina, o para personas que trabajan con grandes piezas de tela, con el problema de espacio que eso supone en un domicilio. También para personas que necesitan una idea de cómo afrontar un arreglo. En palabras de Juaniz, “la iniciativa siempre parte de la persona usuaria. Es ella la que se trae el material que necesita arreglar y aquí aportamos espacio, maquinaria y consejos”.

En el tiempo que Alazne lleva impartiendo talleres de costura ha constatado que la conciencia de que la ropa no se puede desechar alegremente es cada vez mayor. “Con conocimientos básicos es fácil reaprovechar las prendas, por eso este tipo de actividades tienen tanto éxito”, asegura. 

Lo que está claro es que técnicas como los mencionados patchwork o fuxico, que ayudan a dar nuevas formas y usos a viejas prendas, y espacios como los Cose-Telas contribuyen a la reducción de residuos textiles. Por lo que cuanto más se trabaje en ellos, más fácil será considerar recurso reutilizable lo que antes tirábamos a la basura como desecho.

Imágenes: Erabili

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