En las elevadas cumbres del Himalaya, donde se alza el majestuoso Everest, se libra una batalla silenciosa contra la contaminación. Anualmente, alrededor de 1.500 escaladores, junto con guías y porteadores ascienden cada año a estas alturas, dejando tras de sí una huella indeseable: bombonas de oxígeno vacías, restos de comida, excrementos humanos, etc.
Para combatir este problema, Nepal ha puesto en marcha una iniciativa pionera: el uso de drones para la recolección de residuos.
Esta nueva estrategia forma parte de un proyecto piloto que busca facilitar el transporte de desechos desde el campo dos, ubicado a unos 6.400 metros de altura, hasta el campo base, 1.000 metros más abajo.
Además, se enmarca dentro de una intensa campaña de limpieza iniciada el pasado 11 de abril en tres cumbres clave: el Everest (8.848 metros), el Lhotse (8.516 metros) y el Nuptse (7.861 metros).
Los drones están diseñados para alcanzar altitudes de hasta 6.500 metros y transportar cargas de hasta 30 kilogramos. Así evitarán que los sherpas y soldados del ejército nepalí se encarguen de esta desagradable y peligrosa tarea que les expone a las inclemencias del tiempo y a los caprichos de la montaña.
Desde 2014, el gobierno nepalí exige a cada montañista que baje al menos ocho kilos de basura. En caso de no cumplir con esta norma, se arriesgan a perder un depósito de 4.000 dólares. Para reforzar aún más las medidas de control, en 2024 se ha impuesto el uso obligatorio de un chip de seguimiento para cada escalador y de bolsas biodegradables para los excrementos.
Ahora, la iniciativa de utilizar drones para la recolección de basura en el Everest representa un paso importante en la lucha contra la contaminación en las montañas más altas del mundo. Esta tecnología innovadora ofrece una solución viable para reducir el impacto ambiental de la actividad humana en estas áreas tan frágiles.
Pero esto no exime a los y las amantes de la montaña de su responsabilidad y obligación de mantener limpio el entorno y ser conscientes del impacto que generan, para actuar de manera responsable para preservar la belleza de este ecosistema único.
Y esto es extensivo a todos los habitantes de este planeta al que llamamos Tierra.
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