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El ciclo del agua a debate: cómo un dibujo puede influir en nuestra conciencia sobre la diponibilidad del agua.

Existen muchas formas curiosas de buscar soluciones para paliar la falta de agua en todo el mundo. Sin embargo, una de las más chocantes podría estar en los aparentemente inofensivos diagramas con los cuales hemos estudiado durante años el ciclo del agua. Un equipo de investigadores sostiene que es necesario hacer una actualización urgente de los mismos, incluyendo el papel que juegan los humanos en este proceso.

Os proponemos un pequeño ejercicio de memoria: recordar alguno de esos dibujos con los que nos han explicado tradicionalmente el ciclo del agua. 

Probablemente en el recuerdo aparezcan un mar con nubes, formadas por la evaporación del agua. Una nubes que se desplazaban hasta el interior para descargar el agua sobre una montaña donde nacía un río, que en su transcurrir montaña abajo, regaba praderas verdes hasta llegar al mar para comenzar de nuevo el ciclo. 

Puede ser una manera muy simplificada de explicar el proceso de transformación y circulación del agua en la Tierra, pero seguro que no le ha resultado desconocida. Y es ahí precisamente donde un grupo de expertos internacionales en hidrología han visto el problema y han alzado la voz de alarma. 

Según esas imágenes el agua no debería faltar nunca y, sin embargo, el cambio climático o la contaminación del agua son dos de las causas centrales  que han creado una crisis de agua para miles de millones de personas y muchos ecosistemas en todo el mundo. 

Según estos investigadores, a estas imágenes les faltaría integrar el papel de los humanos en el ciclo del agua y cómo influimos en el mismo. «Al dejar de lado el cambio climático, el consumo humano y los cambios en el uso de la tierra, estamos creando grandes brechas de comprensión y percepción entre el público y también entre algunos científicos», reconoce el profesor David Hannah, Cátedra UNESCO de Ciencias del Agua de la Universidad de Birmingham.

Para este equipo de científicos, el diagrama del ciclo del agua, al que consideran un elemento central en la ciencia del agua, requiere de la integración de los usos e influencias humanas contemporáneas en este elemento, para no crear falsas expectativas que disminuyen nuestra conciencia de la inminente crisis mundial del agua. Por ello, sostienen que es necesario actualizarlos con información más precisa y sofisticada de cómo funciona el ciclo del agua en el siglo XXI

Para llegar a esta conclusión, han estudiado más de 450 diagramas del ciclo del agua en libros de texto, literatura científica y en versiones digitales. Según sus estudios, el 85 por ciento no mostró ninguna interacción humana con el ciclo del agua, cuandola apropiación humana de agua dulce ahora equivale a la mitad de la descarga global de un río. Asimismosolo el 2 por ciento de las imágenes hacía algún tipo de alusión a la relación entre el ciclo del agua y el cambio climático o la contaminación del agua. 

Y esto no se corresponde con la realidad, ya que lo cierto es que los humanos consumimos, utilizamos y muchas veces derrochamos o hacemos un mal uso del agua. Un recurso natural, por otro lado, cada vez más escaso y muchas veces, cada vez más contaminado. 

Por esta razón, el equipo de expertos de la Universidad Brigham Young, de la Universidad Estatal de Michigan, de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido, junto con socios en los Estados Unidos, Francia, Canadá, Suiza y Suecia han elaborado nuevos diagramas que incluyen elementos como el deshielo de los glaciares, los daños causados por los cambios en el uso del suelo, la contaminación y el aumento del nivel del mar.  

Como reconoce el profesor Ben Abbott, de la Universidad Brigham Young, «los mejores dibujos del ciclo del agua no resolverán la crisis mundial del agua por sí solos, pero podrían mejorar la conciencia de cómo el uso local del agua, una mala gestión y el cambio climático tienen consecuencias globales».

Fuente: Universidad de Birmingham

Puede acceder al estudio publicado en Nature Geosciences, con un comentario adicional en Nature en el siguiente link

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