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El lado oscuro de la luz artificial: Siete consejos para evitar sus efectos negativos en nuestra salud

La iluminación excesiva de los espacios interiores supone un gasto enorme de recursos energéticos y económicos que no está justificada por su necesidad e idoneidad. Mucha gente piensa, que “cuanta más luz, mejor, pero no siempre se ve mejor con más luz”, asegura Fernando Jáuregui, Astrofísico del Planetario de Pamplona y miembro de la Red Española de Estudios contra la Contaminación Lumínica.
Argi artifizialaren alde iluna. Argazki: Unsplash

Fernando Jáuregui. Astrofísico del Planetario de Pamplona.

El exceso de iluminación afecta a nuestro reloj biológico, lo que conlleva desajustes en la segregación de la melatonina, la hormona del sueño, que solo se produce en condiciones de oscuridad absoluta, y que puede acarrear problemas de estrés, insomnio, diabetes e incluso obesidad.

El Astrofísico del Planetario de Pamplona nos proporciona siete consejos para evitar el uso inadecuado de la luz artificial en nuestros hogares y su negativa repercusión en nuestro organismo. Estas son sus recomendaciones:

1. Para iluminación general de estancias, usar lámparas que producen luz cálida. Elegir en las tiendas aquellas etiquetadas con T<= 2700K. 

2. Evitar las lámparas que emiten luz blanca fría. 

3. Para la cocina puede ser útil la instalación de luz blanca neutra (T: 3000-4000 K) para su uso durante las horas de día, si se tiene otra luz más cálida para ser usada durante las horas de la noche.

4. Instalar dispositivos de luz ámbar de muy baja intensidad, para ser usados cuando nos levantamos durante la noche. En esos momentos nuestro modo de visión nocturna está activado y somos capaces de ver con muy baja intensidad de luz. Y por otro lado, la exposición a luces intensas, especialmente si tienen componente azul (luz blanca fría), interrumpe los procesos que nos ayudan a descansar.

5. Usar reguladores de potencia de las lámparas (si es posible) especialmente en las que se usan en los momentos anteriores a dormir (luces para la lectura en la cama) y lámparas de luz cálida.

6. Controlar el uso de dispositivos electrónicos en los momentos anteriores al descanso nocturno. Activar filtros que reducen la luminosidad y que disminuyen la componente azul de las pantallas.

7. Si hay intrusión lumínica en el domicilio por culpa de las farolas de la calle, dirigir instancia al ayuntamiento o entidad responsable del alumbrado exterior solicitando la resolución de esa intrusión lumínica.

La implantación de estas medidas pueden ayudar a la ciudadanía a reducir los niveles de iluminación en sus hogares o negocios y, además, utilizar la luz menos dañina posible. 

Imagenes: Armando Castillejos en Unsplash y Planetario de Pamplona.

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