Desde hace varios años, las empresas fabricantes de envases, así como las que los utilizan para proteger sus productos, buscan, principalmente, en dos ámbitos las mejores soluciones: en la utilización de materiales de origen biológico, frente a los tradicionales fósiles; y en la biodegradación, como forma de gestión de los residuos que generan los recipientes.  

La biodegradación parece una de las líneas de trabajo de mayor potencial por la ayuda que supone a la hora de reducir los desperdicios. Sin embargo, como nos recuerda la marca de verificación TÜV Austria, este procedimiento no es tan sencillo como esperar a que algo desaparezca en el suelo. Hay que tener en cuenta el entorno biológico de la biodegradación y sus peculiaridades: el compost depende de una determinada temperatura; la acidez del agua es determinante para que se dé la biodegradación; los microorganismos específicos de cada suelo descompondrán o no la materia, etc.

Hemos encontrado en el mercado diferentes ejemplos de cada uno de este tipo de envases que seguro nos ayudará a tener una idea más clara de las características de los mismos. 

1. ENVASES BIOBASADOS

ENVASE TETRABRIK DE PASCUAL (el envase cuenta con la CERTIFICACIÓN OK Biobased, de TÜV Austria, con 4 estrellas).

La empresa acaba de presentar el que denominan el envase más sostenible del mercado. Y esta afirmación la basan en tres cuestiones: renovabilidad,está hecho a partir de materiales de origen biológico como la caña de azúcar y cartón procedente de bosques sostenibles con el certificado FSC (garantía de que un producto concreto se ha derivado de unos bosques gestionados de tal forma que generan beneficios no solo a nivel económico, sino también ambiental y social); minimización del impacto, la compañía reducirá con la producción de este modelo sus emisiones de CO2 a la atmósfera en una proporción que equiparan al CO2 que absorben 16.456 árboles durante 30 años de crecimiento; y reciclabilidad, ya que es reciclable en el contenedor amarillo con un plegado fácil.

2. ENVASES BIODEGRADABLES

• EN EL SUELO

HI-CONE Y SUS RING CYCLES

La multinacional Hi-Cone fue la inventora en los años sesenta de las posteriormente denostadas anillas de plástico que sirven para sujetar las latas de bebidas. Cuando su mercado entró en crisis tuvo que reinventar su producto. Empezó entonces a comercializar un modelo fotodegradable en tres o cuatro meses. Sin embargo, consciente de que esa tampoco era la solución, trabajó en la fabricación de su conocido producto a partir de más del 50% de plástico reciclado. 

• EN EL AGUA

MONODOSIS PARA LAVAPLATOS Y LAVADORAS

Las monodosis del detergente para lavaplatos y lavadoras están envueltos en un plástico hidrosoluble que permite que, en cuestión de segundos, se disuelvan los entre 4 y 5 gramos de material en el curso natural del agua sin dejar ninguna trampa tóxica.

• EN COMPOST

BOLSAS DE SUPERMERCADO

Su uso se está popularizando cada vez más en grades superficies de venta . Generalmente se producen a partir de almidón de patata y maíz y, debido a su fino grosor, son fáciles de compostar en procesos de metanización  (aquel que biodegrada el material sin oxígeno a temperaturas más bajas que las que se dan en el compostaje orgánico).

La guía técnica on line del centro tecnológico AINA cuenta con un prolijo catálogo de propuestas empresariales que están apostando por investigaciones y procesos de investigación que nos lleven a conseguir el envase sostenible definitivo.