Desde hace ya unos años, las empresas fabricantes de envases, así como aquellas que los utilizan para proteger sus productos, buscan el envase sostenible definitivo. Para ello trabajan principalmente en dos ámbitos: en la utilización de materiales de origen biológico, frente a los tradicionales fósiles; y en la biodegradación, como forma de gestión de los residuos que generan los recipientes.