Sara Unzueta, alumna de grado en diseño y en ingeniería de diseño industrial de la Escuela Universitaria de Diseño e Ingeniería de Barcelona, ha presentado su proyecto Seeds. Se trata de una prenda diseñada con semillas. El procedimiento comienza con la impresión 3D del patrón de la pieza con las dimensiones de la persona que va a adquirir la prenda. Este molde se llena de semillas y posteriormente se siembra. Las semillas germinan transformándose en raíces que crecen tomando la forma del patrón de la pieza. El resultado final se concreta en una prenda creada a base de raíces, cuyas partes que han podido quedar separadas se unen mediante hilo de yuca.
Curioso ¿no? Y ambicioso.
Porque este proyecto no se detiene en la confección de productos textiles. Va más allá. Este proyecto apuesta por la producción local y pretende crear un vínculo entre el colectivo productor de materia prima y el colectivo consumidor que se identifica con la prenda a la que le da un valor especial.
Algo totalmente ajeno al concepto de fast-fashion, la moda rápida a bajo coste que invita a adquirir prendas nuevas, normalmente de baja calidad y confeccionadas a escala. “Efectivamente, el proyecto promueve el slow-fashion como reivindicación al consumo posmoderno que ha cambiado la manera de comprar y consumir de la sociedad. Dentro de este nuevo concepto de moda ecológica, el proyecto forma parte de los Growing Textiles, disciplina que propone alternativas sostenibles en la industria textil futura.», aseguran desde la propia escuela.
Es decir, una moda regida por los principios de la economía circular que pretende diseñar prendas a partir de la naturaleza, para minimizar el impacto humano sobre el medio ambiente; una moda que promueve la utilización de materiales de origen renovable y biológico como alternativa a los tejidos de la industria textil actual.
Se puede decir, por lo tanto, que Seeds es un digno heredero de la filosofía de esta escuela universitaria donde, en palabras de Marta González, investigadora senior de Elisava Research y responsable de la plataforma Materials Narratives, “entendemos los materiales que nos rodean de forma transversal, desde una mirada social, cultural, sostenible y tecnológica”. No en vano, el departamento de Investigación de esta escuela está centrando en la investigación y creación de nuevos materiales, al tiempo que pone el foco en formar a las nuevas generaciones como profesionales de diseño sostenible.
“Queremos contribuir a la generación de una industria alternativa que regenere la materia en lugar de extraerla, imitando los procesos de la naturaleza; o que la repare, utilizando residuos como materia prima. Creemos que las mayores innovaciones del siglo XXI se encontrarán en la intersección de la biología y la tecnología”.
No es la primera vez que hablamos de Elisava en este blog. En un post anterior (leer aquí) descubrimos el Clint, un nuevo material de papelería elaborado con pelusas de prendas textiles. Por otra parte, “From the ashes”, de la alumna Benedikt Dietz del Master in Design Through New Materials, acaba de resultar ganador del European Product Design Award. Este proyecto redefine viejas recetas de vidrio con nuevas cadenas de suministro circulares, como las cenizas y las conchas marinas. Nuevas técnicas de fabricación que usan tecnologías digitales y/o la bio-fabricación, para crear células, algas, hongos, bacterias y plantas… Todos son ejemplos del trabajo que se desarrolla en este centro donde “además de las propiedades pasivas, nos interesan las propiedades activas y dinámicas de los materiales, que nos permiten desarrollar productos que cambian sus propiedades adaptándose al entorno y/o en productos y sistemas dinámicos multifuncionales”, explica Marta.
Pero ¿tienen recorrido estos materiales? Entendemos que a nivel educativo y formativo tengan su importancia, sobre todo para concienciar al alumnado. Pero todas estas investigaciones y creaciones, ¿tienen posibilidad luego de lograr un hueco en el mercado? “Sin duda creemos que sí lo tienen. En el caso del material Clint, la industria lo ha acogido con gran interés. Hay 30 empresas que se han interesado en adquirir este material. Ese es uno de nuestros objetivos. Desde aquí promovemos que el alumnado tenga siempre la mirada puesta en la escalabilidad industrial”, asegura la investigadora.
Consigan o no implantarse en el mercado, lo que está claro es que conocer la versatilidad de los materiales sirve de punto de partida para fomentar la creatividad de profesionales del futuro que se enfrentarán al reto de descubrir nuevos caminos que nos reconcilien con el medio ambiente y la sostenibilidad.
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