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Las posibilidades energéticas del hidrógeno

El hidrógeno es el elemento más abundante en el universo y las posibilidades energéticas que tiene son muy grandes. ¿Será el hidrógeno una alternativa fiable para generar electricidad? ¿Será el nuevo combustible de los vehículos modernos? Hablamos con Sendoa Florez Palacio, profesor de telecomunicaciones y electrónica, además de un apasionado del campo de la investigación.

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El hidrógeno es el elemento más abundante en el universo y las posibilidades energéticas que tiene son muy grandes. ¿Será el hidrógeno una alternativa fiable para generar electricidad? ¿Será el nuevo combustible de los vehículos modernos?

Hablamos con Sendoa Florez Palacio, profesor de telecomunicaciones y electrónica en Somorrostro, además de un apasionado del campo de la investigación.

– ¿Cuál sería, actualmente, el principal uso que se le podría hacer al hidrógeno?
Aún queda mucho por investigar, pero, por ejemplo, las cementeras y la siderurgia son dos industrias que necesitan altas temperaturas para desarrollarse. Quizás las que más. Y para llegar a esas temperaturas, se emite gran cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera. Si consiguiéramos usar un combustible para poder calentar, para poder aportar esa temperatura y todo libre de carbono, sería un gran logro. Esto es exactamente lo que se pretende con el hidrógeno.

– Por lo tanto, su utilización ¿puede combatir los efectos del cambio climático?
Sí. Uno de los problemas que tenemos en la actualidad es la cantidad de carbono que vertemos a la atmósfera. Hay proyectos que intentan atrapar el dióxido de carbono para reutilizarlo o sintetizarlo de alguna manera.
La ventaja que ofrece el hidrógeno es que no genera CO2, por lo que con su utilización no vamos a verter carbono a la atmósfera.

– Y así conseguir la soñada descarbonización…
Eso es. La necesidad de no depender de combustibles fósiles nos lleva a la necesidad de obtener otro tipo de combustibles.
El gran reto ahora está en ser capaces de obtener hidrógeno de una manera verde y menos costosa que la actual, para que se convierta en una alternativa factible en la producción de combustibles poco contaminantes.
Está claro que el petróleo se va a acabar y que hay que buscar otro tipo de recursos. Y hay que ver si el hidrógeno nos puede dar esos recursos.

– ¿Será posible?
Creo que tenemos que caminar hacia ello.
Aunque todos los proyectos de hidrógeno van a depender siempre de la situación política y geopolítica del momento. Por eso, se puede decir que el hidrógeno está en una situación propicia para que se estudie, para que se avance en su uso, pero sin olvidar que su implantación última dependerá siempre de intereses políticos y económicos.

– ¿Cuál es la cara B? ¿Cuáles serían los efectos nocivos de su utilización?
Sobre todo, su coste. Generar combustible o electricidad a partir de hidrógeno en la actualidad es caro.
Además, poder obtener un mayor provecho de esos procesos se requiere la utilización de una serie de metales que no son abundantes en la corteza terrestre. Por eso se están buscando otras fórmulas y se está poniendo especial foco en no depender tanto de estos materiales.
Otra pega que tiene el hidrógeno es el transporte. Si lo transportamos en forma de gas a través de una tubería o un gaseoducto, habrá que recubrir las paredes de esos conductos por dentro con polímeros plásticos, porque, por ejemplo, es capaz de meterse dentro de los poros del acero y fragilizarlo. Eso encarecería de nuevo los productos, además de generar contaminantes y aumentar la huella de carbono.

– ¿Y no se puede transportar de otra manera más sostenible?
Quizá. En forma de amoniaco. El amoniaco es una partícula de nitrógeno y 3 de hidrógeno. Además, lo podemos licuar, por lo que lo podríamos transportar en cisternas, camiones, barcos, etcétera. Pero eso también es un proceso caro.

– ¿Es posible almacenarlo?
Bueno, Esa es una de las cuestiones en las que más se está investigando. De hecho, esa es la prioridad que tiene ahora el hidrógeno, que se pueda almacenar para utilizarlo en los picos de necesidad eléctrica en los que la red no dé abasto o que haya un gran apagón. O en casos de catástrofes. O… muchos otros casos.

– Generalmente, la generación de energía suele traer consigo un residuo. ¿Ocurre lo mismo con el hidrógeno?
Efectivamente. De todo sistema de aprovechamiento de energía siempre vamos a generar un residuo. Alguien dirá que de las energías renovables no, pero estas precisan de una serie de equipos que a su vez generarán un residuo, aunque la energía sea verde y sea limpia.
Con el hidrógeno pasa lo mismo. Incluso con el hidrógeno verde que se extrae de energías renovables: de plantas eólicas, solares, fotovoltaica.

– Y a pesar de todos los inconvenientes, se sigue estudiando e investigando. ¿Por qué?
Porque somos conscientes de que tiene muchas propiedades físicas y queremos saber cómo funciona, cómo se comporta y, a partir de eso, trabajar. Yo soy de los que cree que la ciencia está ahí y que es labor de los campos científicos y tecnológicos tratar de conducirnos hacia un camino siempre confiable y seguro. Si el hidrógeno nos puede ofrecer una buena alternativa a la situación energética actual, es nuestra obligación investigarlo.

Si quieres saber más sobre el hidrógeno:

El hidrógeno como alternativa energética

Energías renovables a estudio

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