Uno de cada tres árboles de las 60.000 especies arbóreas del mundo está en peligro de extinción. ¿Qué supone esto? Que se pueden perder 1.3 billones de euros en la economía mundial; que el 75% de las especies de aves, el 68% de las especies de mamíferos y hasta 10 millones de especies de invertebrados pierdan su hábitat; que desaparezca el almacén del 50% del carbono generado en el mundo. En definitiva, que vivir en la Tierra sea más complicado.
El árbol Ranfurly es una pícea de Sitka que está ubicada en la isla deshabitada de Campbell, en Nueva Zelanda. Está considerado como el «árbol más remoto» del planeta, además de una especie invasora que más de una opinión científica quisiera ver desaparecer. Sin embargo, este ejemplar se librará de la tala, porque podría ser una herramienta valiosa para comprender lo que está sucediendo con la absorción de dióxido de carbono en el Océano Austral y, por ende, con el cambio climático.