Nuestro estilo de vida actual necesita mucha más energía que la que se necesitaba para vivir antes de la Revolución Industrial. Nos movemos mucho más y en distancias más largas. Transportamos más. Producimos más. Y consumimos más, mucho más.
Para todo esto necesitamos energía y para obtenerla utilizamos, sobre todo, combustibles fósiles que provienen de reservas limitadas, cada vez más escasas. Unos combustibles que envenenan el planeta y a sus habitantes, entre quienes se encuentra el ser humano…