Vik Muniz (Sao Paulo, 1961) es un artista brasileño que hizo de la necesidad virtud. Criado en un barrio de favelas, la desgracia convertida en suerte quiso que un día tuviera un grave accidente por el que cobró una cuantiosa indemnización. Ese dinero le permitió trasladarse e instalarse en Nueva York, donde comenzó su carrera como artista. Pero no un artista cualquiera.

Y es que Vik Muniz recicla, reutiliza, repiensa y reinterpreta. Toma de referencia obras icónicas que están en el imaginario popular y las rehace con técnicas y materiales muy particulares. Recoge imágenes fácilmente reconocibles y las reinterpreta dándoles un valor que antes no tenían. Y después fotografía esas nuevas obras para destruirlas finalmente y para que se quede la fotografía como único testigo de aquel trabajo.

Por lo tanto, la originalidad de este autor estriba en que sus obras no son originales. Son obras que permiten dos lecturas, una desde cerca, donde se ven los detalles y otra desde lejos, donde se vislumbra la idea global.

Chocolate, fotografías antiguas, caviar, virutas, pigmentos, objetos de desecho y basura, juguetes, y en sus últimas obras incluso células epáticas que asemejan una bonita y original tela. Estos son los materiales que utiliza en su obra.

Así, utiliza mermelada de frambuesa y crema de cacahuete en su creación “Doble Mona Lisa”, en la que reinterpreta la obra de Andy Warhol de 1999 que, a su vez, era una reinterpretación de la archiconocida Mona Lisa de Leonardo da Vinci; un plato de tallarines con tomate lo convierte en un rostro angustiado; un enorme vertedero de Sao Paulo y los residuos depositado en él, en una representación del cuadro de Goya “Saturno devorando a su hijo”; y con chocolate sobre papel versiona una fotografía de Jackson Pollock, pintor gestual que utilizó la técnica de Dripping.

El trasfondo social también es una constante de su obra. Durante dos años el autor convivió con trabajadores y trabajadoras de Jardim Gramacho, uno de los vertederos más grandes del mundo.  Convirtió a esas personas en protagonistas de sus fotografías, las sacó del anonimato y dio a conocer el trabajo que desempeñaban. En 2010, Lucy Walker llevó a la gran pantalla el documental “Wasteland” donde se reflejaba aquel proceso creativo; un documental que fue nominado para el Oscar a la Mejor Película Documental.

Muniz ha participado en numerosas exposiciones de museos tales como el Museo de Arte del Banco de la República (Bogotá), la Fundació Beyeler, el MOMA (NYC), la Pinacoteca do Estado de Sao Paulo (Sao Paulo), MACRO (Roma), el Museo Irlandés de Arte Moderno (Dublín) y la Colección Menil (Houston). Ahora, y hasta marzo, su colección se puede ver en el Museo de la Universidad de Navarra (MUN), en asociación con la Foundation for the Exhibition of the Photography (Minneapolis/Nueva York/París/Lausana) y el High Museum of Art (Atlanta).

Esta exposición ha servido, además, de inspiración para que el MUN y la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, a través de sus respectivos programas educativos, colaboren en un proyecto conjunto donde pretenden valerse del arte como metodología y recurso docente para impulsar el aprendizaje, la convivencia pacífica y la sostenibilidad.

Entre las actividades organizadas se contemplan dos proyectos colaborativos dirigidos tanto a alumnado de primaria como de secundaria. El primero, pretende transmitir con 256 colores las emociones derivadas de la pandemia provocada por la covid; el segundo, se adentra en el mundo de la igualdad de género en una reinterpretación de una obra de Muniz ompuesta por 2000 cuadrículas que en su conjunto representa a una mujer que no mira al frente. Tras un proceso reflexivo se busca que el grupo de jóvenes participantes responda a las preguntas de por qué no nos mira esa mujer, por qué mira hacia atrás y si será posible que algún día mire al frente. “Después habrá una puesta en común, una explicación, y comprobaremos que la creatividad siempre se abre camino”, explica Fernando Echarri, coordinador del programa educativo del MUN.

En colaboración con Mancoeduca, y tomando la imagen de Pollock de referencia, el alumnado de primaria trabajará en un taller de papel reciclado y pintará luego sobre él con chocolate fundido. El alumnado de secundaria, por su parte, participará en la creación de un dibujo de un grifo a gran escala en el exterior del Museo. Para realizar el dibujo se utilizarán retales de telas y la composición final se podrá ver desde el aire. Por último, alumnado de cualquier edad va a tener la oportunidad de participar en una propuesta de trabajo en torno a la educación ambiental a través de la obra de Vik Muniz “Imágenes de chatarra e Imágenes de basura”. Según Mar García, coordinadora de actividades de la Mancomunidad, “a través del arte se interiorizan los valores medioambientales, además de los conceptos de reutilización y reciclaje”.

El cuidado del medio ambiente, la economía circular, la interdisciplina, el fomento de la creatividad y de la competencia de aprender a pensar, la desigualdad o el reconocimiento de la diferencia son algunos de los valores que se trabajarán en este proyecto conjunto que tal y como indican Echarri y García, “nos va a permitir aprender de otros y con otros”.

Y es que Vik Muniz sigue reinterpretando la realidad y nos invita a compartir ese viaje de imaginación y creación.

*Imágenes: https://www.flickr.com/photos/museo_unav/49648535452/in/album-72157713448951887/