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La Red de Custodia de semillas del valle de Arakil

Cuando la agricultura tradicional de Arakil se vio amenazada por la moderna, el ayuntamiento de Arakil, la Agencia de Desarrollo de la Sakana y la asociación Arre se pusieron en marcha para escuchar a los vecinos de más edad y recuperar su conocimiento y su saber hacer. Hoy se han recuperado varias variedades locales y se ha creado una red de custodia y multiplicación de la biodiversidad que pretende hacer partícipe a los habitantes del valle y alrededores para que cultiven, multipliquen e intercambien semillas y árboles frutales.
Ayuntamiento Arakil

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En el Valle de Arakil (Navarra), la agricultura y la ganadería han sido históricamente los principales motores económicos. Sin embargo, en los últimos años esto ha cambiado, ya que, con el modelo agrícola actual, super intensivo, los pequeños productores están desapareciendo. Tal y como explican desde el propio ayuntamiento, “hemos pasado de tener pequeños agricultores y ganaderos en cada concejo, a tener muy pocos y no tan pequeños”.

Una de las principales consecuencias de este cambio de modelo es la pérdida de biodiversidad y la alteración del paisaje que esta trae consigo. Si antes el cereal era el producto agrícola mayoritario, ahora lo es el maíz. “Cada vez hay menos gente que trabaja su propia huerta y se está perdiendo la transmisión de los saberes ligados a la tierra”, se lamentan desde la agencia de desarrollo de la Sakana.

Si a todo esto le sumamos la contaminación por nitratos de la que son víctimas algunos puntos del río Arakil, fruto del uso que se hace del suelo, un colectivo de responsables del sector ha visto apremiante la necesidad de hacer las cosas de otra manera y de abrir la puerta a otro modelo de agricultura, más respetuoso con el medio ambiente y con las personas.

Así nace el proyecto Bertako Barietateak-Semillas de Biodiversidad, desarrollado por el Ayuntamiento de Arakil y Arrea, asociación especializada en dinamizar proyectos territoriales de impulso a la agroecología y soberanía alimentaria. A ellas se ha sumado también la Agencia de Desarrollo de la Sakana.

Durante el año 2020 se realizaron 72 entrevistas a 53 personas de todos los concejos del municipio de Arakil, para recopilar información sobre el manejo agrario y las variedades locales. Para la selección de estas personas participantes se tuvo en cuenta que fueran conocedoras de los conocimientos y saberes tradicionales sobre la agricultura y horticultura de los pueblos del valle.

Estas entrevistas permitieron identificar 70 variedades locales de 13 especies diferentes: perales, ciruelos, manzanos, higueras, avellanos, nogales, vides, castaños, nísperos, membrillos, pomos, alubias y puerro. “Las variedades locales son aquéllas que han sido seleccionadas y mantenidas por las y los agricultores durante generaciones en un territorio, adaptando dichas variedades a las condiciones de plagas y enfermedades del lugar, así como a los gustos y usos de los habitantes”, nos explican desde la asociación Arrea.

El ayuntamiento se muestra satisfecho con el resultado de estas entrevistas. “En las huertas de autoconsumo existe un número alto de variedades locales, pues al no haber existido una actividad mercantil regulada, se han podido permanecer relativamente al margen de la normativa impuesta a las semillas, de la política agraria o de las reglas del mercado global. Por eso, tanto estos huertos como las personas que los trabajan (sobre todo si tienen cierta edad), se convierten en auténticos reservorios de biodiversidad y cultura. Su papel en una alimentación de temporada, local, diversificada ha sido y es fundamental en la dieta humana, especialmente en momentos de crisis como el que vivimos y así lo demuestran la realidad actual y numerosos estudios”.

El siguiente paso a dar en este proyecto consistirá en publicar una guía divulgativa, incluyendo ese conocimiento ecológico tradicional que se ha recogido en las entrevistas. “En ella habrá una ficha informativa para cada variedad –comentan desde la Agencia de Desarrollo-, donde se incluirán datos sobre su cultivo, tales como: descripción del fruto/hortaliza, fechas de siembra, floración y fructificación, etc. Pero, además, se incluirá información referente al conocimiento y usos tradicionales de cada variedad: uso culinario, conservación, valoración y apreciación del sabor, etc.

Las tres entidades responsables del proyecto, sin embargo, no se quieren quedar ahí. “No basta con recopilar la información sobre las variedades, sino que tenemos que ser capaces de reintroducidas en el valle. Para conseguirlo se tiene que difundir el conocimiento entre la gente, para que estas variedades se utilicen, se valoren y se mantengan. Por eso, se ha puesto en marcha un grupo local que conforma una red de custodia y multiplicación de la biodiversidad. Esta red quiere hacer partícipe a los habitantes del valle y alrededores para que cultiven, multipliquen e intercambien semillas y árboles frutales”. El grupo está compuesto por más de 25 personas que recibirán formación de conservación y mantenimiento de semillas, fruticultura ecológica, injertado, etc. y que de momento ya han multiplicado en sus huertas once variedades locales de la zona, que se conservaban en centros públicos como la UPNA: cuatro hortícolas, entre ellas alubias o perejil y siete manzanos de variedades locales de Arakil.   

La segunda fase del proyecto se desarrollará en el presente año 2021. En ella se pretende consolidar la red de custodia, multiplicando y reintroduciendo una selección de las variedades locales encontradas, creando un banco de semillas y organizando nuevas actividades de formación y sensibilización sobre castañicultura, fruticultura ecológica o cultivo ecológico de alubia.

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