Tal y como comentábamos en un post anterior (leer aquí) Las abejas son las mayores polinizadoras que existen, ya que el 85% de las plantas con flor son polinizadas por abejas. Sin embargo, algunas especies están desapareciendo. Las razones son varias:
- La deforestación y la creciente extensión de monocultivos hace que su alimento escasee, al haber grandes extensiones de terreno sin flores.
- El uso extensivo de los pesticidas las envenena.
- El cambio climático acaba con sus hábitats y reduce los corredores naturales, así como fomenta su interacción con especies invasoras que pueden resultar ser sus depredadoras.
Estas amenazas desembocan, a veces, en circunstancias curiosas. Por ejemplo, el 31 de mayo se publicó el fallo de un tribunal de California que dictaba que las abejas pueden ser consideradas legalmente como peces, bajo ciertas circunstancias.
Esto que parece un sinsentido se entiende cuando se enmarca en la Ley de Especies en Peligro de Extinción de California (CESA, por sus siglas en inglés). Esta Ley se diseñó para proteger «las especies o subespecies autóctonas de aves, mamíferos, peces, anfibios, reptiles o plantas», por lo tanto, los invertebrados no aparecen en la lista de especies a proteger.
Sin embargo, la ley define un «pez» como «un pez salvaje, molusco, crustáceo, invertebrado, anfibio, o parte, desove u óvulo de cualquiera de esos animales», por lo que, gracias a la ampliación de la definición, los invertebrados (grupo en el que se situaría la abeja), recibirían el amparo de la ley de protección.
¿Pero quiénes son las abejas y cuál es su valor?
Las abejas melíferas de colmena son las más conocidas, aunque, en realidad, representan una minoría de la familia apícola. Solo una de las más de 2.000 especies de abejas de la península ibérica produce miel.
El resto, son abejas solitarias. Abejas que no tienen colmena y que no producen miel. Construyen sus nidos en el barro, en caracolas, tallos huecos o cavidades de árboles, y allí depositan sus huevos rodeados de néctar y polen para asegurar el alimento de sus larvas. Después cierran las celdas con tierra o restos verdes y echan a volar, asegurando su descendencia que verá la luz la primavera siguiente. Los hoteles de insectos como el que describíamos en un post anterior (leer aquí) contribuyen a esta función.
En este proceso, cada abeja solitaria puede llegar a visitar 100 flores cada día para lograr la bola de néctar y polen que colocará como alimento para su cría, lo que contribuye a la polinización de las plantas con flor del entorno. Además, hace hasta ocho viajes para acarrear los materiales suficientes para cerrar cada celda.
Con este ir y venir, no es de extrañar, por lo tanto, que sea una de las mayores especies polinizadora del planeta.
Algunas especies se han especializado solo en una flor; otras, por el contrario, son generalistas y polinizan casi todas las que tienen a su alcance. Para hacerlo se sirven de sus scopas, unas vellosidades situadas en las patas traseras y el abdomen (aunque en algunas especies se aprecian en todo el cuerpo) que atrapan el polen y así lo trasladan en un radio aproximado de dos kilómetros alrededor del nido en construcción.
La cantidad de alimento determinará, en una relación proporcional, la cantidad de huevos de cada puesta, y, por consiguiente, la cantidad de futuros individuos. También, el tamaño de los futuros insectos, así como su sexo. A mayor alimento, mayor tamaño y mayor número de hembras.
Una sola abeja solitaria poliniza tantas flores como 60 domésticas. Esto no solo repercute en la biodiversidad sino, en las actividades económicas de los seres humanos. Según la FAO, el 87% de los cultivos alimentarios de todo el mundo son polinizados por las abejas, por lo que su escasez puede llegar a ser un problema en algunos lugares. De hecho, algunas plantaciones agrícolas ya han tenido que hacer uso de la polinización artificial de frutales.
Como se ve, el valor de este pequeño insecto es bastante mayor que su tamaño. Cuidémoslo.
*Fuente:
https://sapienscuriosa.blogspot.com/2022/05/las-ciudades-en-las-que-vivimos-y-sus.html
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