Desde que la pandemia del covid irrumpiera en nuestras vidas y lo dejara todo patas arriba, las aguas residuales se están convirtiendo en una importante herramienta de detección temprana en el campo del diagnóstico, ya que se adelanta en 15 o 20 días a la clínica de pacientes y puede detectar posibles rebrotes.
Suministro garantizado y económico, cloraciones reforzadas y recurso de acceso inmediato y al alcance de todos los hogares deberían ser razones más que suficientes para apostar por el agua de grifo en los hogares durante el periodo de confinamiento que conlleva el estado de alarma provocado por el COVID-19. Os contamos 7 razones para apostar por ella.
Vivimos un verano con el nivel de agua embalsada más bajo desde 1995. Con todo, el consumo humano no está en riesgo ya que es el primero que está garantizado por la ley. Sin embargo, situaciones como la que vivimos deben hacernos plantear nuestra relación con este preciado recurso natural del que hemos sacado algunas curiosidades.