El árbol Ranfurly es una pícea de Sitka que está ubicada en la isla deshabitada de Campbell, en Nueva Zelanda. Está considerado como el «árbol más remoto» del planeta, además de una especie invasora que más de una opinión científica quisiera ver desaparecer. Sin embargo, este ejemplar se librará de la tala, porque podría ser una herramienta valiosa para comprender lo que está sucediendo con la absorción de dióxido de carbono en el Océano Austral y, por ende, con el cambio climático.