Las abejas y polinizadores silvestres son los mejores bioindicadores de la calidad del aire de la ciudad, por lo que su presencia en el entorno urbano es positiva. En Europa, países como Francia, Inglaterra, Eslovenia y Alemania la presencia de las abejas ha dado excelentes resultados y no ha provocado grandes inconvenientes o problemas.
La legislación española prohíbe colmenas de explotación ganadera en áreas urbanas. Sin embargo, no impide tener abejas para fines conservacionistas o didácticos, siempre que no se comercialicen productos de la colmena.
En Barcelona tienen claro que calidad de vida es sinónimo de ciudad verde. Estructuras para polinizadores, siegas parciales, jardines repletos de flores, agricultura urbana, cuidado de las zonas de transición entre la trama urbana y las zonas naturales… Todas ellas son actuaciones que se llevan a cabo en una ciudad en la que se entiende que la salud de la población urbana depende directamente de la salud de los entornos naturales.
Viladecans es una ciudad amiga de las abejas y cuenta con ellas para estudiar, vigilar y mejorar la calidad ambiental de la localidad. Con la miel que obtienen de sus tres colmenas urbanas agasajan al visitante, en la casa de las abejas desarrollan actividades para niños/as y mayores, y los alcorques y balcones de las viviendas lucen flores atractivas para que estos insectos polinizadores encuentren el manjar que buscan.
Suecia y su «Ciudad de un minuto»; la “Jardinería de guerrilla» de los Ángeles; la «Ciudad de 15 minutos» de París; las supermanzanas de Barcelona y Vitoria… Todas estas iniciativas responden a los esfuerzos por reconquistar los espacios urbanos, arrebatándoselos al tráfico y ofreciéndolos a la ciudadanía.