Desde que la pandemia del covid irrumpiera en nuestras vidas y lo dejara todo patas arriba, las aguas residuales se están convirtiendo en una importante herramienta de detección temprana en el campo del diagnóstico, ya que se adelanta en 15 o 20 días a la clínica de pacientes y puede detectar posibles rebrotes.
Hubo un tiempo en el que la lana se consideraba el “oro blanco”. En la actualidad, supone un problema para los ganaderos y un problema medioambiental si se trata como mero residuo. Un investigador de la Universidad Pública de Navarra la utiliza para conseguir plástico biodegradable.