El poso del café, el brik de la leche, el bote de conservas de las lentejas, los restos de barrer, el envase vacío del detergente para la ropa… Es abrumadora la cantidad de residuos que generamos a diario.
Cuando depositamos una caja de cartón en el contenedor gris, se convierte en un residuo enterrado en el vertedero. Sin embargo, la tecnología ha avanzado y tenemos la suerte de vivir en zonas donde podemos separar nuestras cajas de cartón para convertirlas en nuevos recursos y seguir haciendo girar la rueda para un futuro más sostenible. Tirar una caja de cartón en el lugar correcto… un pequeño gesto con consecuencias trascendentales, ¿no?

En 2010 la ingeniera electrónica Isabel Cristina Gámez y el arquitecto Óscar Andrés Méndez decidieron fundar la empresa Conceptos Plásticos que se dedica a transformar plástico en materiales de construcción y ayuda a minimizar problemas como el exceso de residuos plásticos, la crisis de vivienda en Colombia, la escasez de escuelas en Costa de Marfil, la malaria, las condiciones de trabajo no dignas, la necesidad de letrinas en campos de refugiados…

Llamamos impropios a los residuos depositados en los contenedores que no corresponden y que contaminan a los depositados correctamente. Su presencia dificulta e incluso imposibilita la recuperación y el reciclaje, con la consiguiente pérdida de recursos y dinero que ello acarrea. La buena separación de origen evita todos estos inconvenientes y ayuda a convertir los desechos en nuevos materiales aprovechables. ¿Vas a dejar pasar esta oportunidad?

¿Cuánta ropa tienes en el armario que no te pones? ¿Has pensado alguna vez retirarla? ¿Sabrías cómo hacerlo? ¿Te preguntarías a dónde iría a parar? En torno al 75 % del textil que se recoge en contenedores rosas o en puntos limpios es perfectamente reutilizable o reciclable Transformemos ese residuo en recurso.

Cuando Nzambi Matee fundó Gjenge Makers no sabía que su empresa se iba a convertir en un referente de materiales de construcción sostenibles, estéticos y resistentes.
Ahora crea empleo sobre todo en la población joven y femenina de Nairobi, Kenia, reduce el plástico que llega a vertederos, presenta una alternativa al hormigón tradicional y cuida del medio ambiente.

El cabello humano tiene una relación resistencia-peso comparable al acero. Además, puede soportar una deformación de hasta el 70% antes de romperse. También repele el agua y es biodegradable. La diseñadora neerlandesa Zsofia Kollar vio todo ese potencial y creó una empresa para aprovecharlo como materia prima en la producción textil

Tradicionalmente, la industria relojera siempre ha recurrido a materiales altamente contaminantes como el cuero, el titanio o el mercurio. Y lo mismo ha ocurrido con la industria joyera, que ha utilizado materias primas con un alto coste medioambiental y humano. Sin embargo, la clientela actual está mejor informada y más sensibilizada, por lo que exige acciones concretas en lo relativo a la sostenibilidad en el proceso de fabricación de estos productos.

En el ámbito de los residuos urbanos la ciudadanía cada vez tiene más interiorizado que cuanto se desecha puede convertirse en recurso. Con el papel se hace papel reciclado, con los envases, nuevos plásticos, con la materia orgánica, compost y energía, etc. Pero ¿qué ocurre con los escombros y materiales de construcción? “Escombrarte” es un certamen internacional de escultura basado en el Arte del Reciclado, una de las bases de la economía circular; un certamen que sorprende gracias a unas obras y materiales que cobran vida, después de haberse convertido en mero escombro.

2.500 libros de segunda mano de Traperos de Emaús de Navarra han viajado en un contenedor de conservas a la provincia de Manabí en Ecuador. El objetivo es que ocupen las estanterías de las 21 bibliotecas que se abrirán en la zona. Ha sido un primer envío y se está preparando el segundo.

La reutilización con algo de creatividad da como resultado el aprovechamiento de objetos que adquieren una nueva funcionalidad. Eso es el Upcycling. Así, productos desechados son modificados sin pasar por un proceso industrial, y convertidos en nuevos objetos.