En 1999 surgió la idea de dedicar una semana a la movilidad con el objetivo de sensibilizar a la ciudadanía y a la clase política sobre las consecuencias negativas que tiene el uso irracional del coche en la ciudad. Desde entonces, año tras año, los municipios europeos presentan las medidas que están tomando para promover la movilidad activa y el uso y promoción de medios de transporte que generan bajas o ninguna emisión a la atmósfera.