Cuando la agricultura tradicional de Arakil se vio amenazada por la moderna, el ayuntamiento de Arakil, la Agencia de Desarrollo de la Sakana y la asociación Arre se pusieron en marcha para escuchar a los vecinos de más edad y recuperar su conocimiento y su saber hacer. Hoy se han recuperado varias variedades locales y se ha creado una red de custodia y multiplicación de la biodiversidad que pretende hacer partícipe a los habitantes del valle y alrededores para que cultiven, multipliquen e intercambien semillas y árboles frutales.
Hubo un tiempo en el que la lana se consideraba el “oro blanco”. En la actualidad, supone un problema para los ganaderos y un problema medioambiental si se trata como mero residuo. Un investigador de la Universidad Pública de Navarra la utiliza para conseguir plástico biodegradable.