Nosotros todavía no podemos hacer con el aceite usado combustible para nuestros coches … Queda un largo camino por recorrer…

Lo que nunca debemos hacer es echarlo por el fregadero. En España se estima que dos terceras partes de este residuo acaba en las alcantarillas y es difícil eliminarlo con las depuradoras. Llega al río o al mar y forma una película superficial que dificulta la oxigenación de las aguas y perjudica a los seres vivos del ecosistema.

Así que, como no podemos tirarlo por el fregadero y tampoco podemos -al menos de momento- fabricar combustible, le recomendamos que lo lleve a un punto limpio o que lo aproveche para fabricar en casa jabón para lavar la ropa. Le proponemos una receta casera funciona muy bien. Este jabón tiene que mezclarlo con el que se vende en los lineales y conseguirá una ropa mucho más limpia y blanca.

• 5 l. de aceite
• 5 l. de agua.
• 1 kg. de sosa caústica al 100%. (Cuesta unos 3.35 €). La sosa caústica es producto irritante que no debe entrar en contacto con la piel y las mucosas. Debe mantenerse fuera del alcance de los niños y conviene manipularla en un espacio aireado.
• 1 kg de perborato (2.85 €)
• Ambientador concentrado (lavanda, avena, etc)
• 1 recipiente grande 5 ó 6 veces superior a la mezcla, tipo cubo de basura porque el contenido porque sube mucho por la reacción química de los ingredientes
• 1 sábana donde extender el jabón hasta  que se seque.

Paso 3: Se comienza a revolver para mezclar bien el aceite y el agua y se va echando la sosa y el perborato. Mientras tanto nunca hay que dejar de dar vueltas a la mezcla.
Paso 4: Cuando esté bien mezclado se le añade el ambientador a lavanda, avena o el que nos guste.
Paso 5: La mezcla sube hasta una altura 5 ó 6 veces superior a la mezcla inicial. Nota: Llega un momento en el que no sube más y después comienza a bajar. Hay que seguir dándole vueltas. Puede ser que durante el proceso suba y baje varias veces.

Paso 8: Extender en una sábana hasta que se seque bien e ir machacándolo hasta que quede en polvo.
Paso 9: Una vez rayado, lo mezcla en la misma cantidad con el jabón que se vende en los establecimientos habituales y habrá conseguido un jabón de inmejorable calidad.