
En Europa, ante la crisis climática y la necesidad de mejorar la calidad del aire de las ciudades, las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) se han convertido en una herramienta clave para transformar el transporte y proteger la salud de la ciudadanía.
Actualmente, más de 320 ciudades europeas cuentan con ZBE operativas o en preparación y se prevé que, en lo sucesivo, este número vaya en aumento.