En Europa, ante la crisis climática y la necesidad de mejorar la calidad del aire de las ciudades, las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) se han convertido en una herramienta clave para transformar el transporte y proteger la salud de la ciudadanía.
Actualmente, más de 320 ciudades europeas cuentan con ZBE operativas o en preparación y se prevé que, en lo sucesivo, este número vaya en aumento.

El entrenamiento y uso de modelos de IA requieren una enorme potencia y energía que se concentra en grandes centros de datos, donde miles de servidores trabajan sin descanso. Cuando estos procesadores funcionan a pleno rendimiento, generan mucho calor, y para evitar que se sobrecalienten, se utilizan sistemas de refrigeración, que a menudo se traducen en enfriamiento por agua.
En consecuencia, actualmente cada consulta a un modelo de IA esconde un coste ambiental importante: el consumo de agua.

Situado en el corazón del Parque Fluvial de la Comarca de Pamplona, el Molino de San Andrés supone un lugar de encuentro tanto de personas como de ríos.
Por otra parte, el molino también se caracteriza por su histórico espíritu mancomunado, ya que su edificación, y posterior explotación respondió a la voluntad conjunta de dos localidades: Villava y Huarte.
A mediados del siglo XX el molino quedó en desuso y amenazó ruina, hasta que la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona se hizo cargo de él y lo restauró.

Masificación del turismo en zonas costeras, sobreexplotación de los bancos de pesca, cambio climático, abandono de actividades tradicionales… Estos son algunos de los males que aquejan a nuestros mares. Por eso se hace imprescindible el uso sostenible de los recursos oceánicos para el crecimiento económico, la mejora de los medios de vida y la creación de empleo, preservando la salud de los ecosistemas marinos. Es lo que llamamos la economía azul.

Condiciones climatológicas extremas, cambio climático, sequía prolongada y exagerada, olas de calor recurrente… Los incendios han asolado un vasto territorio de la provincia de León. ¿Se puede hacer algo para evitar incendios futuros? ¿Qué hay que hacer para mitigar los efectos de las llamas de este año? Hablamos con Leonor Calvo, doctora por la Universidad de León, experta en regeneración vegetal después de incendios forestales y miembro del Grupo de investigación Ecología Aplicada y Teledetección.

El cambio climático está poniendo en jaque a las grandes urbes que necesitan una nueva planificación urbanística capaz de crear refugios climáticos y velar por la salud de la ciudadanía y la seguridad de la economía y de las infraestructuras. Se trata de un gran reto al que no hay más remedio que hacerle frente, porque está claro que vivimos en un mundo que cada vez es más cálido.

Los drones presentan una combinación de virtudes como la movilidad aérea, los sensores avanzados y la capacidad de recopilación de datos de lugares en los que los humanos apenas pueden entrar. Gracias a esta tecnología, se están obteniendo imágenes de vídeo y realizando el mapeo 3D generado por la luz láser, de infraestructuras subterráneas de la Comarca de Pamplona que permite realizar un diagnóstico preciso y ágil de su estado.

En la actualidad, sólo un 13 % de la producción textil se recicla. 92 millones de toneladas de residuos textiles terminan cada año en los vertederos. Y ha llegado el momento de parar. Ahora, la legislación vigente hace responsables a las propias empresas de la gestión de sus propios residuos y la economía circular se ha convertido en el objetivo principal de todas ellas. Lo que se pretende es convertir el residuo textil en materia prima para futuros productos.

Humanizar la ciudad, centrarla en las personas y mejorar la calidad de vida en ellas es el reto de la “pacificación del tráfico”, un paquete de medidas que se está implantando en varias ciudades europeas con el objetivo de reducir la velocidad y la cantidad de coches privados en las urbes, además del ruido.

Europa se está calentando el doble de rápido que el promedio mundial. Este calor extremo está teniendo un impacto directo en el urbanismo. Las ciudades, con menor vegetación y mayor densidad de población, son más vulnerables a las altas temperaturas, lo que provoca estrés térmico, fallos en infraestructuras y aumento de la demanda energética. ¿El Viejo Continente estará a la altura de las circunstancias?