No hay duda de que la pandemia ha cambiado nuestra manera de movernos. En Pamplona y la Comarca, sin ir más lejos, el uso del transporte público cayó un 90% en los meses de confinamiento de 2020 (leer datos aquí). A día de hoy, aunque poco a poco se va recuperando, la demanda supone aún el 73% de la que existía en 2019, cuando se superaron los 40 millones de viajes.
Y esto, que podría ser solo un dato curioso, encierra en sí un gran problema ya que, si bien es cierto que muchos de esos viajes se han sustituido por caminatas o por ratos de pedaleo, la gran mayoría ha dejado vía libre al vehículo particular, con todos los problemas de contaminación, polución y congestión de tráfico que eso trae consigo en una ciudad. (leer post sobre las razones de usar transporte público).
Por eso, el programa de educación medioambiental Mancoeduca quiere potenciar actividades de movilidad que sirvan para sensibilizar a estudiantes jóvenes sobre la importancia del uso de transporte público. En este empeño, cuenta con la compañía teatral Pasadas las 4. Las actrices que trabajan en estas visitas a los centros educativos son Belén Otxotorena e Inma Gurrea, sus fundadoras, y también, una de las actrices habituales de la compañía: Patrizia Eneritz (pedir la actividad aquí).
Ellas son las creadoras de la actividad “Historias de una villavesa”, una propuesta escénica que se desarrolla en un autobús de transporte urbano. El fin que se persigue es conocer mejor el servicio e interiorizar comportamientos responsables. “Lo que hacemos es recordar, desde el humor y la sorpresa, las buenas prácticas necesarias dentro de la villavesa (nombre que damos a los autobuses interurbanos en la Comarca de Pamplona) y los beneficios que tiene para el medio ambiente utilizar, asiduamente, el transporte público”.
Para conseguirlo, se acercan hasta el patio del centro escolar o alrededores con un autobús urbano e invitan al alumnado a realizar un “vuelo especial”. Así, de manera informal y lúdica, Berta, una azafata amable y divertida, plantea situaciones que propician que el alumnado se cuestione comportamientos negativos, a veces, normalizados, que reflexione sobre normas cívicas y de convivencia y que interiorice dinámicas respetuosas con la persona conductora, con el resto de pasajeros y pasajeras, y por supuesto, con la naturaleza. “Al principio, el grupo de escolares se sorprende al encontrar una azafata de vuelo en un autobús, pero enseguida entran en la historia y participan activamente de la propuesta. Se les ve felices. Es muy bonito ver sus caras de sorpresa, de diversión, de atención…”
La actividad, de unos treinta minutos de duración, está dirigida al último ciclo de Primaria y a 1º de la ESO. “En contadas ocasiones, sobre todo entre el alumnado más mayor, suben con cierta reticencia, pero es muy placentero ver que nos los vamos ganando y cómo, al final, entran de lleno en la convención y en las iniciativas planteadas. La realidad es que se establece un clima de silencio y empatía muy gratificante”.
Así, de manera un tanto disparatada, y a través de distintas dinámicas acompañadas de música, la azafata ofrece un abanico de actitudes que van más allá de un correcto comportamiento. “Durante la última parte de la sesión dramatizada se fomenta, además, la participación del alumnado: pueden dialogar con el conductor o conductora y con la azafata; pueden intervenir contando anécdotas y vivencias personales y pueden, incluso, cantar y bailar. Además de intentar conseguir todos estos objetivos educativos y de convivencia, intentamos que el alumnado se lo pase bien. Es cierto, que de rebote, nosotras aprendemos y disfrutamos también muchísimo. Y nos gusta pensar que para las y los escolares, subirse a la villavesa o a cualquier otro medio de transporte público, ya no volverá a ser lo mismo”.
Son muchos los años que “Pasadas las 4” lleva desarrollando esta actividad, por lo que la colección de anécdotas que atesora es amplia. “Una vez, un niño quiso saber quién limpiaba de la villavesa porque había encontrado una bolsa de patatas vacía entre dos asientos. En otra ocasión, una chica se preguntó por qué no había azafatas como nosotras en las líneas habituales. También han llegado a preguntar por las marchas y el freno de mano del autobús y también, curiosidades como cuántos kilómetros pueden recorrer las villavesas durante San Fermín. En una ocasión, se interesaron por la emisora y con quién se conecta el conductor cuando habla desde la villavesa e, incluso, han llegado a ser muy críticos con el precio del billete para familias de bajos recursos”.
Mientras las recuerdan, las actrices sonríen, y aseguran que “estamos convencidas de que la única manera de mejorar y normalizar el buen trato y el respeto hacia las personas, de concienciar sobre el cuidado de las infraestructuras y materiales públicos y, de paso, despertar la sensibilidad ambiental, es desde la Educación. Creemos que la clave, tal y como se plantea desde la Mancomunidad, es realizar proyectos amplios, coordinados y prolongados en el tiempo (no actividades puntuales), que abarquen todos los ámbitos que rodean la vida de la persona: el escolar, el familiar, las amistades, el ocio, etc”.
Y saben de lo que hablan, ya que tienen gran experiencia y muchas referencias. “La experiencia que tenemos respecto al transporte público, por ejemplo, en Colombia, es que las diferentes alcaldías realizan constantes campañas de sensibilización y la población se comporta con un gran sentido de pertenencia: lo cuida, lo mantiene limpio, es muy respetuosa con el resto de las personas que lo utilizan… Aunque bien es verdad que no tienen nada que ver la experiencia en Bogotá, en Medellín o en otros pueblos más pequeños”.
Al margen del transporte público y poniendo el foco en la sensibilización ambiental en general, estas artistas comentan que “Colombia es un país de una gran riqueza natural y cuenta con una biodiversidad envidiable. Desde las instituciones públicas, se promueven numerosos proyectos cuya finalidad es proteger sus diferentes ecosistemas y parques naturales. Sin embargo, al mismo tiempo, siguen permitiendo que las grandes empresas exploten sus maravillosos recursos. Podríamos decir que las estrategias son un tanto contradictorias”.
Y así sigue trabajando “Pasadas las 4”, a ambos lados del Atlántico, disfrutando de esas historias que inculcan valores como respeto convivencia y sensibilización ambiental. Y, en el caso de Pamplona y su Comarca, de esas historias que se cuentan dentro de un autobús.
Si te ha gustado este post, aquí tienes otros ejemplos de cómo las artes escénicas pueden contribuir a despertar la sensibilización medioambiental:
*Otros espectáculos
“Pasadas las 4” es una compañía de teatro navarra con una dilatada experiencia profesional. “En la actualidad tenemos varios espectáculos en cartel: ROUTE 6.6, seis cuerdas de una guitarra eléctrica convertidas en seis historias; 105 años de GLORIA FUERTES en la memoria, ¡cuántas alegrías nos está dando esta “poeta de guardia”! y El burlador sin sardina, un proyecto realizado en coproducción con el prestigioso quinteto de metales Spanish Brass (Premio Nacional de Música 2020) y con el que retomaremos una gira por Colombia que tuvimos que posponer a causa de la COVID-19”.
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