“Escombrarte” es un Concurso Internacional de Escultura con Materiales Reciclados Procedentes de la Construcción, que organiza la empresa Áridos y Transportes Alberto Gil, a través de su centro de Reciclaje de RCD, “AR Los Huertos”. Estos días acaban de lanzar la duodécima edición en la que se puede participar hasta el día 31 de agosto de 2023.
Su objetivo es estimular la creatividad y el cuidado medioambiental a través del arte del reciclaje. Cuenta con dos líneas temáticas paralelas que unifican todas las obras: por un lado, la del arte sostenible, que usa materiales reciclados procedentes de obras de construcción, demoliciones, reformas; y por el otro, la gran tradición histórica del arte comprometido con los grandes problemas sociales, económicos y medioambientales. Por lo tanto, a la fuerza creativa de la muestra hay que sumar la fuerza de los mensajes que trasmite.
Desde el 1 de julio, la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona pone a disposición del público que se acerque al Batán de Villava una selección de obras de todas las ediciones pasadas del certamen. Obras que, utilizando los deshechos de la construcción, forman productos novedosos que adquieren una vida nueva y fomentan la Economía Circular. Es lo que hoy conocemos como Arte Reciclado que ya fue practicado por artistas como Picasso o Braque.
Reyes Lobo es la organizadora y creadora del proyecto. Forma parte de la empresa Áridos y Transportes Alberto Gil, una empresa familiar segoviana que se dedica a elaborar árido y transportarlo como material de construcción. “La empresa iba bien, pero con la crisis de la construcción enseguida vimos que había que adaptarse y que el reciclaje, el cuidado del medio ambiente y la creación de nuevos materiales tenía que ser nuestra piedra angular –recuerda Reyes-. Así que nos hicimos las maletas y viajamos a Logroño, a un congreso de maquinaria y reciclaje. Aquello fue clave para nuestro proyecto”.
En 2010 su empresa puso en marcha una planta de reciclaje de materiales de construcción. “Creíamos en el proyecto. Le veíamos muchas posibilidades y confiamos en que el resto de empresas y el público en general lo iban a ver claro también . Nos volcamos en hacer publicidad en medios, en visitar ayuntamientos… Pero nuestros esfuerzos no dieron el resultado que esperábamos”.
Reyes llegó a la conclusión de que el mensaje que quería trasladar no estaba calando, pero no se amilanó. Cada vez que observaba su planta, dejaba volar su imaginación y pensaba en cuántas historias podría contar el material que llegaba; cuántas experiencias y vivencias. Y entonces, se le ocurrió la idea de convocar un certamen.
“Pensé que aquellas historias debían ser contadas a través del arte. Y parece que 30 artistas llegaron a la misma conclusión que yo, porque participaron en la convocatoria del primer año”.
Un año en el que Reyes empapeló la ciudad con sus carteles e hizo ruido en las redes sociales. Después llegaron más ediciones y más participantes procedentes de países como Francia, Portugal o Italia, por lo que el certamen tomó dimensión internacional.
“El proyecto fue tomando cuerpo y forma. Empezamos a exponer las obras de arte en distintos lugares para que las pudieran admirar más personas. Nos dimos cuenta de que, así como está bastante generalizado el reciclaje de residuos urbanos, bien porque nos resultan más cercanos, bien porque sean más limpios, el ver cobrar vida a un material destinado a ser triturado para ser incluido después en la cadena de construcción no deja nunca de sorprender. Cuando instalamos la exposición en el Palacio Quintanar hicimos mención precisamente a eso, a que lo que había comenzado en una escombrera acababa en un Palacio, buena definición de lo que es la economía circular por la que aquí siempre miramos”.
Cada vez un número mayor de participantes, exposiciones en distintos lugares, repercusión mediática… y así hasta el décimo aniversario del certamen. “Entonces quisimos darle una vuelta más tanto al proyecto como a su espíritu, por lo que contactamos con dos artistas segovianos de renombre internacional como Luis Moro y Gonzalo Borondo para hacer de jurado. Enseguida nos dijeron que sí, porque vieron que este es un proyecto de corazón, de perseverancia y de personas. Bueno, de hecho eso es lo que ha visto el resto de profesionales del mundo del Arte, del Medio Ambiente y de la Educación que de manera altruista han formado parte del Jurado de Escombrarte, otorgando a la selección de obras así un valor añadido con sus conocimientos y buen hacer”.
El décimo aniversario, por lo tanto, supuso un punto de inflexión para que “Escombrarte” se convirtiera en un referente tanto para artistas como para público concienciado y no concienciado con el reciclaje; un proyecto que no ha dejado nunca de crecer. Talleres de escultura con escombros de la mano de la Diputación de Segovia en ayuntamientos; talleres infantiles en colegios de primaria y en la biblioteca pública de Segovia; proyectos pilotos en institutos, donde se trabaja desde el montaje de una exposición hasta el estudio de las obras y la visita guiada para miembros de la comunidad educativa; el montaje de una exposición en la que conviven piezas artísticas clásicas en contraste con el arte moderno; exposiciones en el Colegio de Arquitectos, en el CENEAM, en Diputación de Segovia, en Palacios de Exposiciones de Zaragoza, Madrid, Santiago de Compostela; la iniciativa “Apadrina una escultura”, por la que quien lo desee puede disfrutar, durante el periodo de un año, de una de las obras de “Escombrarte” en su hogar, lugar de trabajo, etc.; “y una iniciativa a la que le tenemos mucho carió, “La Cultura es la Cura”, que realizamos en Navidad en el Hospital General de Segovia.
“Somos conscientes de que estamos creando una comunidad que está interiorizando los principios del reciclaje de manera natural. Sólo nos queda seguir trabajando para que este tipo de arte se valore”, concluye Reyes.
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