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Los 50 años de Traperos de Emaús Navarra

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En marzo de este año Traperos de Emaús Navarra celebrará su 50 aniversario. El colectivo nació en 1972 con el objetivo de recoger todos aquellos objetos que no se usaran en los hogares, para repararlos y venderlos luego. De esta manera se ayudaba también a un colectivo de personas que estaba en peligro de exclusión social.

La celebración del primer rastro, hace 50 años, fue todo un éxito. Por un lado, Traperos vendió todo el género que había recibido y reparado, lo que le aportó un millón de pesetas, mucho dinero para la época. Por otro, el dinero recaudado sirvió para reubicar en el poblado de Santa Lucía de Pamplona a una familia de etnia gitana que hasta entonces malvivía en la localidad de Barañain. Desde entonces, Traperos de Emaús continúa con su labor social y ambiental.  

En la actualidad, la comunidad de Traperos de Emaús Navarra está compuesta por casi 300 personas de toda procedencia. Trabaja para la recuperación y el reciclado de objetos cotidianos: residuos voluminosos, residuos textiles, residuos electrónicos, etc.

En algunos casos, alarga la vida de esos objetos que ya no utilizamos, reparándolos y vendiéndolos luego con el fin de que otras personas hagan uso de ellos. Con ello fomenta la economía circular, ya que la reparación reduce el uso de energía y la extracción de materias primas para crear nuevos productos. Esto cobra especial relevancia en el caso de los residuos electrónicos, tal y como explicábamos en un post anterior.

En otros casos, se opta por el reciclaje. A la nave de Traperos de Berriozar (Navarra) llega la ropa que se deposita en los contenedores colocados al efecto y en los puntos limpios.  Allí se separa y se clasifica para ponerla a la venta en sus rastros o, en caso de no estar en buen estado, convertirla en trapos o en hiladura o borra con la que luego se crearán nuevas prendas, trapos, alfombras para nuestros coches o relleno para los cojines.

Traperos también recoge y clasifica los distintos aparatos eléctricos y electrónicos que desechamos. La mayoría de ellos, aún en uso y que se pueden reparar fácilmente, son puestos de nuevo a la venta; y los que ya no son reparables, se desmontan y despiezan para poder volver a utilizar sus componentes en la fabricación de nuevas unidades, pero con un coste ambiental mucho menor que si se extrajeran de nuevo todas las materias primas.

Muebles, bicis, libros, juguetes… todo tipo de objetos llegan a las manos de Traperos y son revisados y limpiados con cariño para volver a estar en uso practicando la economía circular. Así, lo que hace 50 años era la base de la forma de vida de un colectivo concreto, ahora se ha convertido en una de las salidas sostenibles para salvar al planeta de la emergencia climática. No hay que olvidar que varios de los pilares del movimiento de Traperos coinciden con los objetivos del desarrollo sostenible (ODS) de la ONU: el 10, Reducción de las desigualdades y el 12, Producción y consumo responsable.

Y es que, nuestro modelo económico actual, la economía lineal, hace que el gasto energético se haya disparado y que nos amenacen el cambio climático y la escasez de recursos. Además, estamos contribuyendo a perpetuar desigualdades sociales y económicas entre los países del norte y los del sur. Así que, es importante que conozcamos estas realidades y cómo se puede cambiar el mundo.

Por eso cobra especial importancia la labor desempeñada por los programas de educación ambiental, como Mancoeduca (Navarra), en los que se trabaja con el alumnado de primaria la economía circular. “En Mancoeduca colaboramos estrechamente con  Traperos de Emaús y desarrollamos la actividad Un tesoro en mi basura . Con ella visitamos la planta de recuperación para descubrir que, lo que para algunas personas es basura, para otras pueden ser verdaderos tesoros. Con el alumnado de ESO, por otra parte, exploramos en Traperando nuestro uso de la ropa y el impacto medioambiental que tiene según los materiales utilizados en su confección o las condiciones y los lugares de producción. Nuestros hábitos de consumo o la gestión que hagamos de nuestras prendas de vestir, cuando no las vamos a usar más, es también algo sobre lo que hacemos especial hincapié”, explican responsables del programa navarro.

En ambas actividades, la visita a la planta de recuperación de Traperos proporciona al alumnado una visión muy real de todos aquellos objetos que desechamos, pese a que siguen siendo útiles. Pero no son las únicas actividades que se desarrollan. También se ofrece a los centros la posibilidad de realizar una visita virtual al centro y conocer el trabajo que en él se realiza con el taller on line “Moda Trap” para ESO o “Los tesoros de Emaús” para primaria. 

Al margen de la comunidad educativa, la ciudadanía en general también está llamada a conocer los entresijos de esta fundación para, al mismo tiempo, recapacitar sobre la necesidad de convertir el residuo en recurso. La sensibilización ambiental se convierte así en una de las claves a desarrollar cuando se pretenden cambiar hábitos y despertar conciencias.

Por eso, y de nuevo en Navarra, nos encontramos con visitas guiadas gratuitas  al centro de Berriozar, todos los sábados por la mañana, así como un rastro donde se pueden adquirir muebles u objetos de segunda mano que continúan en perfecto estado y uso. Y si esto fuera poco, se profundiza en los gestos sostenibles que pueden salvar al mundo de la crisis ambiental en el scape room Objetivo 2030

Economía circular, reciclaje, reutilización, activismo medioambiental, acción social… Todos ellos son términos que ya existían hace cincuenta años y que con el tiempo han ido cobrando un nuevo significado gracias a entidades cono Traperos de Emaús.

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