A menudo, la naturaleza sirve de inspiración. Y buena muestra de ello es el algoritmo de las abejas artificiales, que utiliza la capacidad de las abejas para comunicarse entre sí y buscar fuentes de alimento eficientemente. Su aplicación se extiende a diferentes ámbitos como la informática, la biología, etc. y se centra en encontrar la mejor solución posible en un espacio de búsqueda muy amplio y complejo.

Las abejas y polinizadores silvestres son los mejores bioindicadores de la calidad del aire de la ciudad, por lo que su presencia en el entorno urbano es positiva. En Europa, países como Francia, Inglaterra, Eslovenia y Alemania la presencia de las abejas ha dado excelentes resultados y no ha provocado grandes inconvenientes o problemas.
La legislación española prohíbe colmenas de explotación ganadera en áreas urbanas. Sin embargo, no impide tener abejas para fines conservacionistas o didácticos, siempre que no se comercialicen productos de la colmena.

La normativa actual considera como explotación apícola profesional la que tiene un mínimo de 150 cajas. Pero Jaume Clotet no quiso nunca priorizar la cantidad, sino la calidad del producto y el bienestar de sus abejas. Por eso se hizo apicultor urbano, para poder trabajar y vivir de las abejas de una forma más sostenible y respetuosa con ellas, al tiempo que transmite a la sociedad la importancia y los beneficios que aportan las abejas en la vida de una ciudad.

“Queríamos crear un parque en el que relajarse, en el que disfrutar de la naturaleza y entrar en comunión con el ser querido fallecido. Nada de grandes mausoleos ni panteones”. Y parece que quienes idearon este cementerio de Roques Blanques están logrando su propósito.

Viladecans es una ciudad amiga de las abejas y cuenta con ellas para estudiar, vigilar y mejorar la calidad ambiental de la localidad. Con la miel que obtienen de sus tres colmenas urbanas agasajan al visitante, en la casa de las abejas desarrollan actividades para niños/as y mayores, y los alcorques y balcones de las viviendas lucen flores atractivas para que estos insectos polinizadores encuentren el manjar que buscan.

Riner es un municipio de 300 habitantes de la provincia de Lleida que comenzó a ser víctima del desploblamiento. El municipio, de carácter claramente rural, además empezó a perder una de sus principales fuentes de ingresos que desde siempre había estado muy arraigada a su historia: la apicultura. En vista de ello, arrancó un proyecto cultural, educativo y social que, entre otros objetivos, se marcó el de convertirse en referente de las abejas y atraer a nuevos apicultores/as

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La loque americana está diezmando la población de abejas mundial, lo que está acarreando una serie de consecuencias difícilmente reversibles. Las poblaciones de plantas existentes disminuyen; la calidad del aire empeora; los suelos sufren mayor erosión; el ciclo del agua se altera porque las plantas no devuelven suficiente agua a la atmósfera; y se merman los cultivos de algunos alimentos, dado que, el 85% de las 1 400 plantas de cultivo que existen requiere la polinización animal. Es necesario encontrar una pronta solución.

Según la FAO, el 87% de los cultivos alimentarios de todo el mundo son polinizados por las abejas, por lo nuestra alimentación depende de ellas directamente. Sin embargo, muchas especies están desapareciendo por diferentes razones. ¿Quizá una de ellas sea el desconocimiento?