“Queríamos crear un parque en el que relajarse, en el que disfrutar de la naturaleza y entrar en comunión con el ser querido fallecido. Nada de grandes mausoleos ni panteones”. Y parece que quienes idearon este cementerio de Roques Blanques están logrando su propósito.

Viladecans es una ciudad amiga de las abejas y cuenta con ellas para estudiar, vigilar y mejorar la calidad ambiental de la localidad. Con la miel que obtienen de sus tres colmenas urbanas agasajan al visitante, en la casa de las abejas desarrollan actividades para niños/as y mayores, y los alcorques y balcones de las viviendas lucen flores atractivas para que estos insectos polinizadores encuentren el manjar que buscan.