El aceite es un producto que encontramos en todas nuestras cocinas. De hecho, es la base de casi todas las recetas. Pero, ¿qué hacemos con él después de utilizarlo?

Lo correcto sería recogerlo en un recipiente de plástico o metal con tapa (los de cristal se pueden romper) y llevarlo a los puntos limpios o contenedores de aceites que a veces encontramos en supermercados y otros puntos.

Pero lo cierto es que la teoría no se corresponde con la práctica, ya que en la UE solo se recicla el 5% del aceite consumido en los hogares, aunque el objetivo para 2030 sea reciclar el 60%.

Cada persona consumidora genera al año unos cuatro litros de aceite doméstico usado, que se convierten en 120 millones de litros que se vierten en lugares que no corresponden. Si tenemos en cuenta que un litro de aceite vertido por el fregadero contamina 1.000 litros de agua, y que en España se generan 180 millones litros/año, se puede decir que una persona contamina en un año el agua necesaria que según la OMS serviría para el consumo de otra persona durante 35 días.

Además de este inconveniente, esta mala praxis supone también un gran problema para el medio ambiente. Sabido es que el agua no se mezcla con el aceite; por eso, cuando vertemos el aceite por el desagüe y llega a los mares y ríos, se queda en la superficie, impidiendo que el agua se oxigene de manera correcta, lo que afecta directamente a la flora y fauna acuática.

Por otra parte, al estar en la superficie del agua, los rayos solares no llegan a las plantas acuáticas, las cuales no pueden realizar la fotosíntesis.

Por último, si el aceite cae en tierra, termina por convertirla en un terreno estéril. Impide la oxigenación y circulación del agua, así que ningún tipo de planta podría crecer en ella.

Todo esto mirando fuera de casa, pero quedándonos dentro también podemos pensar que el aceite en el desagüe puede ser el causante del aumento de plagas domésticas, puesto que cucarachas y otros insectos se relamen ante la mezcla que genera el aceite en las tuberías y van subiendo por estos conductos. Y eso sin tener en cuenta los problemas que causa en los propios desagües de nuestros hogares, puesto que es uno de los principales motivos de que se atasquen las tuberías, sobre todo si se mezclan con el jabón.

Las depuradoras hacen todo lo que está en sus manos para separar el aceite que llega a sus plantas de tratamiento. Pero seguro que, si su presencia se evitara en origen, no habría que hacer frente a sobrecostes innecesarios en tratamiento de aguas o a lamentar costes medioambientales.

Visto este problema, en Navarra ha nacido la empresa Almotech que ha desarrollado tecnología para la valorización en origen del aceite usado para así evitar los daños medioambientales y económicos que genera. Su primer desarrollo es Yenxa, un pequeño electrodoméstico que transforma el aceite usado en jabón de diferentes usos, mediante un kit de cápsulas biodegradables.

Ana Martínez, ceo-fundadora de la empresa explica su proyecto como “algo que ayuda a hacer el jabón que toda la vida se ha hecho en casa, pero de manera rápida y segura, y sin riesgos de gases, quemaduras, intoxicaciones, etc. Es como meter una cápsula de Nespresso y sacar jabón, pero con la ventaja de que nuestras cápsulas, además, son biodegradables”.

El pequeño electrodoméstico que han patentado puede integrarse en el día a día de cualquier hogar. Se trata de un dispositivo automático, intuitivo, de diseño moderno y seguro.

“Creamos conciencia, facilitamos hábitos ecológicos y, sobre todo, evitamos que el aceite se vaya por las cañerías o que los camiones lo tengan que trasladar a plantas autorizadas, con toda la huella de carbono que eso supone – comenta Ana-. Yenxa pequeño electrodoméstico es capaz de hacer jabón de forma automática, mientras la persona usuaria solo debe preocuparse de incluir el aceite, el agua y las dos cápsulas Almotech que huelen a jabón de Marsella. Y ya está, tienes el jabón de lavadora en casa”.

El utensilio de cocina transforma un litro de aceite vegetal usado, en 100 ciclos de lavadora, con jabón natural ecológico. “También estamos trabajando para obtener nuevos desarrollos en el ámbito doméstico y en un medio plazo en el mundo de la cosmética para poder hacer champús, geles o jabones de mano”.

En la empresa son conscientes de que habrá personas aprensivas que no consideren muy higiénico utilizar el aceite usado para limpiar, “pero esto no lo hemos inventado ahora, el hacer jabón ha sido una práctica habitual de los hogares durante años, solemos decir que aportamos tecnología a un proceso artesanal.  Además, nuestras cápsulas contienen los elementos para que se produzcan las reacciones químicas necesarias para hacer un producto con todas las garantías. Para ello hemos colaborado en un inicio con la Universidad Pública de Navarra (depto. Química) y actualmente con Centro el Tecnológico Leitat.

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