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Paseo descalzo a través de una antigua cantera de arena y grava

A menudo olvidamos que el ser humano no nació con zapatos. Que, de hecho, nuestros antepasados más lejanos, caminaban descalzos por caminos agrestes. En la actualidad hemos perdido esas referencias, y con ellas, los beneficios que puede aportar el contacto de la naturaleza sobre nuestros desnudos pies. El centro de visitantes de Lieteberg (Bélgica) ofrece ahora un paseo de 3 km de largo a través de una antigua cantera de arena y grava.

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El centro de visitantes de Lieteberg (Bélgica) está situado en el corazón de Limburgo, en una antigua cantera de arena y grava. El centro es una de las puertas de entrada al Parque Nacional Hoge Kempen y ofrece, a quien hasta allí se acerca, varias actividades divulgativas. Desde visitas en grupo, a actividades escolares, pasando por un safari de insectos, en el museo Entomopolis.

Pero, quizá, lo más llamativo de este centro, es el paseo descalzo que ofrece, el primero de estas características de Flandes, de tres kilómetros de longitud que solo es accesible para los pies descalzos. Una experiencia para todos los sentidos.

Sobre todo, para el tacto, ya que los pies podrán percibir los estímulos especiales de madera, piedras, astillas de árboles, hierba, marga y agua. El frío y el calor, lo húmedo y lo seco, la sensación agradable y estimulante se alternan en este sendero. Fuentes de agua, colinas de arena, pendientes empinadas donde se puede escalar, chapotear y caer, además de una torre de vigilancia de madera, un laberinto y un puente colgante completan el recorrido.

 

No hay un tiempo determinado para completar el recorrido en el que se aconseja caminar despacio, con los ojos fijos en el camino para no perder ningún detalle.

Pero no sólo es el tacto el sentido que más se activa. La empresa precursora de la iniciativa asegura que, caminar descalzo con frecuencia sobre diferentes superficies, estimula también el corazón y la circulación sanguínea, además de regular la presión arterial.

Asimismo, destaca que caminar descalzo es bueno para la coordinación, para fortalecer los músculos de la espalda y para promover la función intestinal.

Al margen de estos beneficios, se sitúa también el del masaje natural al que se somete a los pies, en una práctica semejante a la reflexología podal espontánea, una de las terapias naturales más poderosas para combatir el estrés y las tensiones que tanto se agudizan a consecuencia de nuestros modelos de vida.

Hay que recordar que la reflexología podal es un tratamiento holístico a través de zonas reflejas ubicadas en los pies. Holístico significa que el cuerpo es visto como una unidad en el que están interconectados los diferentes miembros, órganos y mente. Los puntos reflejos están conectados a órganos, glándulas, articulaciones y músculos a través de vías nerviosas.

Por lo tanto, las terapias que se plantean siempre contemplan el conjunto, no el problema puntual ni local. Así, a través del masaje y la presión sobre las zonas reflejas del pie, se estimula la circulación del cuerpo, el flujo linfático y las funciones hormonales.

Y, por último, a estos beneficios hay que añadirles el que proporciona el silencio de la naturaleza y el disfrute de cuanto ella ofrece.

Lieteberg, por lo tanto, se puede convertir en un refugio de paz y relajación para quienes estén dispuestos a descalzarse y sentir el contacto de una antigua cantera de arena y grava sobre la piel.

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