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La txalaparta domesticada

La txalaparta nació como un instrumento de percusión de madera. Pero ha evolucionado. Ahora sus tablones son también de metal y de piedra y su sonido reproduce notas musicales. Sin embargo, la filosofía sigue intacta. Dos personas entran en comunión con la naturaleza al ritmo de unos golpes secos que son como el latir de la Madre Tierra

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Parece que el origen de la txalaparta está en el machaque de las manzanas para hacer sidra.

Aunque es la respuesta y teoría más extendida y que en general más consenso logra entre la comunidad txalapartari, para el grupo Hutsun no es lo más importante, porque “siendo músicos y no historiadores, estamos más interesados en la actualidad del instrumento que en el pasado”.

Así lo reconoce Anai Gambra Uriz, la mitad del dúo que completa Mikel Urrutia. “Para responder con exactitud a esa pregunta la referencia más actual y contrastada es este libro de Argibel Euba “Txalaparta. Sentido y Historia”, añade.

De esta sencilla manera nos da una valiosa información: conoce el instrumento, conoce su historia y sus referentes y, sobre todo, se siente músico.

Músico de un instrumento de percusión que se toca en pareja y que, por lo general, consiste en dos o tres tablones de madera de aliso, castaño o fresno apoyados en cestos o caballetes que aporten altura y aislados de ellos con paja, hojas, etc. Todo ello reminiscencias de un pasado en el que la comunión con lo natural y el medioambiente era total.

Pero ahora los tiempos cambian. “Bueno, de hecho, para la construcción de txalapartas de madera se puede utilizar cualquier especie. Cada tipo de madera tiene unas características diferentes y es por eso que, dependiendo de nuestras necesidades, utilizaremos unas especies que otras. Así, los criterios que seguimos nosotros para escoger las maderas son el precio, peso, disponibilidad, sonido, dureza o el envejecimiento que tienen. El aliso, el castaño o el fresno son las maderas que más utilizamos, pero también tiramos de roble, niangon, iroko, acacia o pino”.

Porque esa es otra característica de la txalaparta, que cada pareja de txalapartaris fabrica su propio instrumento para conseguir así el sonido que desea. Y de nuevo demuestra un exhaustivo conocimiento del medio y de la naturaleza para lograr su propósito.

“Y permíteme que haga una apreciación sobre una de tus afirmaciones. En la txalaparta que tocaban en la década de los 60 los *hermanos Goikoetxea y Zuaznabar en sus caseríos, utilizaban un único tablón, no los dos o tres que has mencionado. O sea, que en la fabricación de las txalapartas no hay reglas inamovibles. No hay un instrumento estándar. Cada txalaparta era diferente.

A partir de Goikoetxea y Zuaznabar la txalaparta fue desarrollándose y se empezaron a utilizar más tablones, dos, tres, cuatro. Más tarde se afinaron y se les incorporaron diferentes materiales”.

Como la piedra. Hutsun utiliza pizarra del Macizo central francés. Una pizarra que se llevó a la costa francesa para que fuera utilizada como sustrato el cultivo de ostras y mejillones. De allí la recogieron Anai y Mikel.

Y después la afinaron, siguiendo unos principios de física básicos. “Sabemos que cuanto más corta es una piedra, más aguda resulta y cuanto menos gruesa, más grave es. Así, quitando material con la radial, buscamos una afinación concreta para cada una de las piezas”.

De manera autodidacta y guiados por la intuición y por el ánimo de innovar. Y es que en la fabricación de la txalaparta, no hay manuales, ni libros ni lutieres.

El resultado es una txalaparta “domesticada”, capaz de interpretar una melodía con notas musicales precisas; un sonido muy alejado del primitivo de madera que sólo contaba con graves y agudos.

“Queríamos hacer de la txalaparta un instrumento más funcional, divertido y adaptado a la música actual. Date cuenta que la evolución del instrumento, desde los caseríos hasta la txalaparta electrónica, ha estado motivada siempre por la necesidad de diversión de los txalapartaris que la tocan”.

Por lo tanto, literalmente hablando, de podría decir que Hutsun en realidad toca el litófono, o un xilófono de piedra. Una piedra que suena. Pero sus integrantes no están de acuerdo con esta acepción.

Para nosotros la txalaparta no es propiamente un instrumento, sino una forma de hacer música entre dos personas interdependientes y que tocan de forma alternativa. Así, aunque haciendo caso a la definición es un litófono, para nosotros al ser tocado por dos txalapartaris se convierte en una txalaparta de piedra. Si este mismo instrumento lo tocara un único xilofonista, para nosotros y creemos que para la mayoría de la comunidad txalapartari, dejaría de ser una txalaparta”.

Porque esta es la filosofía de la txalaparta, reproducir el sonido de la madera, de la piedra o del metal en compañía de alguien. El Ttakun marca el ritmo, mientras herrena hace el contrapunto, creando una armonía perfecta, en fiel reflejo de lo que ocurre en la naturaleza.

*Los hermanos Goikoetxea y Zuaznabar fueron las últimas dos parejas de txalapartaris que tocaban la txalaparta de forma natural cuando esta costumbre fue descubierta.

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