En esta era de la información, la desinformación es una gran enfermedad. En ocasiones es difícil discernir entre lo cierto y lo falso y eso resta tiempo y energía a lo realmente importante que es hacer llegar un mensaje claro y conciso a la ciudadanía. En el caso que nos ocupa lo que se pretende transmitir es que lo que hemos hecho hasta ahora ya no sirve, por lo que debemos cambiar de hábitos y mentalidad. Los residuos no tienen por qué ser un desecho, sino que pueden ser un recurso, pero para que esto sea posible, es imprescindible la colaboración de toda la ciudadanía. Porque hacerlo bien nos une y nos beneficia, del mismo modo que beneficia a un planeta al que seguimos castigando con emisiones evitables.

La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona ha colocado un hotel de insectos en el meandro de Areatzea (Huarte) para la albergar a la abeja solitaria, especie en declive, principalmente por la pérdida de ecosistema y el uso de pesticidas. El objetivo de la instalación es el de la observación, estudio y educación ambiental. Y ha tenido muy buena acogida, ya que, desde el primer día de su colocación, varios individuos de Osmia spp, hembras de abejas solitarias albañiles transportaron polen y néctar a diferentes cavidades del hotel que después sellaron para albergar a la futura generación.

La Ciencia Ciudadana ha vivido una gran expansión gracias al uso de internet y a la creación de herramientas que permiten interactuar en tiempo real a varios individuos desde distintos puntos del planeta. Su objetivo es facilitar la transferencia de conocimiento entre las personas dedicadas a la investigación científica y la ciudadanía a la que se le ofrece, además, la posibilidad de participar de forma activa en la creación de estos conocimientos. El proyecto internacional Nature city challengue (Biomaratón o Bioblitz) es muestra de ello.

Clima, energía, biodiversidad, residuos, y en referencia a ellos los plásticos… Estos son los trending topics del medio ambiente actual. Pero la relación entre estos temas no se refleja en ninguna parte. Al menos eso es lo que dice la divulgadora científica Ana Galarraga. En su opinión, a pesar de la cantidad de información que encontramos en los medios habituales, y de la emergencia climática a la que nos enfrentamos, la sensibilización medioambiental no ha aumentado. “La economía y la ecología son lo mismo, y entenderlo nos hace repasar nuestro modo de vida, y eso nos exige esfuerzos”.

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Anita Studer es una ornitóloga suiza que fue a Brasil para estudiar el mirlo de Forbes (Anumara forbesi) que estaba en peligro de extinción y que lleva casi 40 años trabajando en la recuperación del bosque de Pedra Talhada, que es el hábitat de esta ave. Durante este tiempo ha desarrollado su proyecto medioambiental, poniendo el foco en la mejora de las condiciones de vida de la población local.

Julio Díaz y Cristina Linares son profesionales de investigación científica y de divulgación. Consideran que la divulgación, a cualquier nivel, y aunque exija un esfuerzo añadido de “traducción”, es imprescindible para concienciar y sensibilizar. Y para ello utilizan todas las herramientas que encuentran a su alcance. Incluso una cuenta de twitter que ya cuenta con más de 7.200 seguidores.

Highland Titles, una reserva natural escocesa, entró en el libro Guiness de los récords, al presentar el hotel de insectos más grande del mundo, de 199,9 metros cúbicos. La estructura desbancaba así a la Asociación Polaca de Desarrolladores en Varsovia, Polonia, cuyo hotel tenía una capacidad de 89,37 metros cúbicos. Según los responsables, además de incidir sobre el mensaje ambiental de conservación, la estructura puede alentar al público a visitar la reserva. «Cuantos más visitantes tengamos, más gente podrá ver el trabajo que estamos haciendo».

La compañía de teatro “Pasadas las 4” lleva años estacionando un autobús de transporte urbano en el patio de los centros educativos de la Comarca de Pamplona. Allí, de manera informal y lúdica, Berta, una azafata amable y divertida, plantea situaciones que propician que el alumnado se cuestione comportamientos negativos, a veces demasiado normalizados, que reflexione sobre normas cívicas y de convivencia y que interiorice dinámicas respetuosas con la persona conductora, con el resto de pasajeros y pasajeras, y por supuesto, con la naturaleza. “Lo que hacemos es recordar buenas prácticas de convivencia y los beneficios que tiene para el medio ambiente utilizar, asiduamente, el transporte público”.

“La relación que establece una sociedad con el río pone de manifiesto el modelo de relación de dicha sociedad, tanto con la naturaleza como entre los miembros que la conforman”. Esta reflexión fue el punto de partida del proyecto “Askatasuna Ibai bazterreko tximeleta” (Asakatasuna. La mariposa de la orilla del río) que el IES Askatasuna de Burlada (Navarra) inició hace seis años. Un proyecto que, además de cumplir con el objetivo de concienciación ambiental, representa una buena muestra de cómo un trabajo de ámbito escolar se puede convertir en un producto de interés general.

Julio Díaz y Cristina Linares son profesionales de investigación científica y tuiteros. Coinciden en afirmar que tan importante es investigar como divulgar. Y en un tiempo en el que una pandemia originada por una zoonosis ha hecho temblar los cimientos de nuestra civilización, su discurso cobra fuerza y sentido. “La gente tiene que ver que los problemas ambientales están directamente relacionados con su salud”.