La normativa actual considera como explotación apícola profesional la que tiene un mínimo de 150 cajas. Pero Jaume Clotet no quiso nunca priorizar la cantidad, sino la calidad del producto y el bienestar de sus abejas. Por eso se hizo apicultor urbano, para poder trabajar y vivir de las abejas de una forma más sostenible y respetuosa con ellas, al tiempo que transmite a la sociedad la importancia y los beneficios que aportan las abejas en la vida de una ciudad.

“Queríamos crear un parque en el que relajarse, en el que disfrutar de la naturaleza y entrar en comunión con el ser querido fallecido. Nada de grandes mausoleos ni panteones”. Y parece que quienes idearon este cementerio de Roques Blanques están logrando su propósito.

Recuperar y conservar el Piamonte, una de las 4 regiones italianas con mayor riesgo de desertificación. Este es el objetivo del Principato di Valboscosa, una asociación que otorga a las personas patrocinadoras que apadrinan una micro parcela en la región pre-alpina de Biella el título simbólico de Dama, Caballero, Barón o Baronesa, Conde o Condesa.

Viladecans es una ciudad amiga de las abejas y cuenta con ellas para estudiar, vigilar y mejorar la calidad ambiental de la localidad. Con la miel que obtienen de sus tres colmenas urbanas agasajan al visitante, en la casa de las abejas desarrollan actividades para niños/as y mayores, y los alcorques y balcones de las viviendas lucen flores atractivas para que estos insectos polinizadores encuentren el manjar que buscan.

Riner es un municipio de 300 habitantes de la provincia de Lleida que comenzó a ser víctima del desploblamiento. El municipio, de carácter claramente rural, además empezó a perder una de sus principales fuentes de ingresos que desde siempre había estado muy arraigada a su historia: la apicultura. En vista de ello, arrancó un proyecto cultural, educativo y social que, entre otros objetivos, se marcó el de convertirse en referente de las abejas y atraer a nuevos apicultores/as

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La loque americana está diezmando la población de abejas mundial, lo que está acarreando una serie de consecuencias difícilmente reversibles. Las poblaciones de plantas existentes disminuyen; la calidad del aire empeora; los suelos sufren mayor erosión; el ciclo del agua se altera porque las plantas no devuelven suficiente agua a la atmósfera; y se merman los cultivos de algunos alimentos, dado que, el 85% de las 1 400 plantas de cultivo que existen requiere la polinización animal. Es necesario encontrar una pronta solución.

Un banco de semillas autóctonas, un huerto multiplicador, jornadas de intercambio de semillas y conocimientos, talleres sobre cómo crear un huerto urbano, otros sobre la salud de las plantas o la selección de semillas y otros talleres referentes a los beneficios de hierbas medicinales que se cultivan en el huerto. Todo ello compone el proyecto de “El Semillero” de Mendillorri, una iniciativa que pretende conservar las variedades de plantas de la Comarca de Pamplona y fomentar el saber y buen hacer de las personas que siempre han visto la naturaleza como su gran aliada.

Villava, el municipio más pequeño de Navarra, ha llegado a ser un referente medioambiental en donde los espacios verdes y naturales encuentran un lugar entre tanto cemento. Y lo ha conseguido gracias a la colaboración activa de las instituciones y de la ciudadanía que entienden que la reconexión con la naturaleza aporta beneficios tanto medioambientales como de salud.

El efecto que tienen los murciélagos en el medio natural es muy positivo, ya que se alimentan de abundantes insectos, algunos de ellos perjudiciales para las personas o sus cultivos.
Sin embargo, este grupo animal es todavía muy desconocido, y, además, goza de poca simpatía.
La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona estudia periódicamente tanto las cajas refugio colocadas a lo largo del Parque Fluvial del Arga, como los vuelos de estos mamíferos alados. Pero no sólo para conocer las especies de murciélagos que habitan en el Parque, sino las medidas concretas que se pueden tomar para favorecer su conservación.

Uno de cada tres árboles de las 60.000 especies arbóreas del mundo está en peligro de extinción. ¿Qué supone esto? Que se pueden perder 1.3 billones de euros en la economía mundial; que el 75% de las especies de aves, el 68% de las especies de mamíferos y hasta 10 millones de especies de invertebrados pierdan su hábitat; que desaparezca el almacén del 50% del carbono generado en el mundo. En definitiva, que vivir en la Tierra sea más complicado.