En esta serie sobre Eugi ya hemos hablado de su historia y de su presente. Ahora le toca el turno a los controles que se llevan a cabo en el embalse para garantizar la calidad de su agua.
Así, en noviembre de 2015 la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona comenzó a evaluar la posibilidad de realizar una campaña batimétrica en el embalse de Eugi. Como resultado de la misma se establecerían o revisarían las características morfométricas del citado embalse y se realizaría una comparación con la información batimétrica disponible a partir de trabajos realizados en el pasado.
Como complemento a las citadas actividades y, a la vista de las capacidades instrumentales de los equipos de trabajo empleados, se realizaría también una evaluación de la calidad química de las aguas del embalse a la luz de ciertos parámetros físico-químicos medidos in situ.
El proyecto finalmente cuajó y el 1 de junio de 2016 un equipo de especialistas de la Universidad de La Coruña se puso manos a la obra con el principal objetivo de conocer con precisión el relieve de la superficie subacuática del embalse.
El estudio se realizó en estas fechas para aprovechar el periodo de máximo llenado del embalse, así como con el de mínima estratificación con el fin de contar con la mayor información directa relativa al volumen de agua a estudiar y para evitar interferencias de las ondas ultrasónicas al atravesar medios de densidad variable.
Y para llevarlo a cabo se contó con un vehículo subacuático, capaz de sumergirse de manera autónoma hasta 100 metros bajo el agua. Mediante el procesado de los datos obtenidos por el dispositivo, fabricado en fibra de carbono y aluminio, se pudieron observar y caracterizar masas de agua a diferentes profundidades y desde muy diversos puntos de vista: calidad química, batimetría, así como la observación del fondo subacuático mediante señales de sónar o imágenes ópticas.
La Mancomunidad facilitó al equipo de especialistas una barca desinfectada para garantizar las mejores condiciones de trabajo en el embalse, tanto a la hora de trasladar el vehículo subacuático como durante la obtención de datos mediante ecosondas.
Una vez realizada la toma de datos, el estudio se completó con un análisis y filtrado de la información adquirida, su tratamiento para la elaboración de la cartografía batimétrica (relieve de la superficie subacuática), cálculos morfométricos (tamaño y forma del embalse), etc.
Gracias a aquel estudio hoy sabemos que la longitud máxima del embalse (distancia máxima en la superficie del embalse que separa dos puntos de su perímetro sin intersectar la ribera) es de 2.721 metros, la anchura máxima es de 1.444 m., el área o superficie es de 119,75 Ha. y la longitud de ribera (de los límites permanentes de la masa de agua cuando el calado es máximo) es de 10.799,3 m. La profundidad máxima es de 40 m. y la profundidad media de 16 m. Y que el máximo calado se alcanza en las inmediaciones de la presa, en la vertical del antiguo cauce del río Arga.
El estudio también permitió comprobar que, desde la creación del embalse, su capacidad de almacenamiento no había disminuido, o lo que es lo mismo, que el impacto de arrastres de tierras era prácticamente nulo.
Finalmente, el estudio destacó la morfología relativamente aplanada del fondo en torno al antiguo cauce fluvial (hasta aproximadamente la cota 600 m.) y que antes de la construcción de la presa debió constituir parte de su llanura de inundación natural y estar ocupada por prados de montaña.
Si quieres leer el resto de post sobre Eugi, puedes acceder a estos enlaces:
50 años de Eugi, el vaso del que bebe Pamplona
Presente de Eugi, fuente de abastecimiento de Pamplona y Comarca
O, incluso, consultar esta infografía (clicar aquí), en la que hemos recopilado toda la información y datos curiosos
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