En el ámbito de los residuos urbanos la ciudadanía cada vez tiene más interiorizado que cuanto se desecha puede convertirse en recurso. Con el papel se hace papel reciclado, con los envases, nuevos plásticos, con la materia orgánica, compost y energía, etc. Pero ¿qué ocurre con los escombros y materiales de construcción? “Escombrarte” es un certamen internacional de escultura basado en el Arte del Reciclado, una de las bases de la economía circular; un certamen que sorprende gracias a unas obras y materiales que cobran vida, después de haberse convertido en mero escombro.

Una revista de barrio de Pamplona ha propuesto una iniciativa para que su vecindario recicle agua y se la dé a beber a los árboles urbanos. Pero el objetivo va mucho más allá. Según Roberto Carmona, uno de los precursores de la idea, “lo importante de esta iniciativa, es la concienciación medioambiental y la necesidad de ahorro de agua. Sin olvidar que también nos parece importante crear un vínculo entre la ciudadanía y los árboles, y mostrar sus beneficios para los seres humanos”.

Ubuntu, en zulú significa “yo soy porque somos”. De alguna manera transmite el concepto de pertenencia a una comunidad y el del bien común. El Ayuntamiento de Villava (Navarra) tomó esa palabra de referencia y organizó una jornada festiva con el objetivo de sensibilizar y concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de la implicación colectiva para seguir construyendo una ciudad acogedora y sostenible.

Las abejas y polinizadores silvestres son los mejores bioindicadores de la calidad del aire de la ciudad, por lo que su presencia en el entorno urbano es positiva. En Europa, países como Francia, Inglaterra, Eslovenia y Alemania la presencia de las abejas ha dado excelentes resultados y no ha provocado grandes inconvenientes o problemas.
La legislación española prohíbe colmenas de explotación ganadera en áreas urbanas. Sin embargo, no impide tener abejas para fines conservacionistas o didácticos, siempre que no se comercialicen productos de la colmena.

A menudo olvidamos que el ser humano no nació con zapatos. Que, de hecho, nuestros antepasados más lejanos, caminaban descalzos por caminos agrestes. En la actualidad hemos perdido esas referencias, y con ellas, los beneficios que puede aportar el contacto de la naturaleza sobre nuestros desnudos pies. El centro de visitantes de Lieteberg (Bélgica) ofrece ahora un paseo de 3 km de largo a través de una antigua cantera de arena y grava.

La normativa actual considera como explotación apícola profesional la que tiene un mínimo de 150 cajas. Pero Jaume Clotet no quiso nunca priorizar la cantidad, sino la calidad del producto y el bienestar de sus abejas. Por eso se hizo apicultor urbano, para poder trabajar y vivir de las abejas de una forma más sostenible y respetuosa con ellas, al tiempo que transmite a la sociedad la importancia y los beneficios que aportan las abejas en la vida de una ciudad.

“Queríamos crear un parque en el que relajarse, en el que disfrutar de la naturaleza y entrar en comunión con el ser querido fallecido. Nada de grandes mausoleos ni panteones”. Y parece que quienes idearon este cementerio de Roques Blanques están logrando su propósito.

La reutilización con algo de creatividad da como resultado el aprovechamiento de objetos que adquieren una nueva funcionalidad. Eso es el Upcycling. Así, productos desechados son modificados sin pasar por un proceso industrial, y convertidos en nuevos objetos.

Recuperar y conservar el Piamonte, una de las 4 regiones italianas con mayor riesgo de desertificación. Este es el objetivo del Principato di Valboscosa, una asociación que otorga a las personas patrocinadoras que apadrinan una micro parcela en la región pre-alpina de Biella el título simbólico de Dama, Caballero, Barón o Baronesa, Conde o Condesa.

Un huerto dentro de una escuela infantil que se alimenta del compostaje extraído de la compostadora del centro. Un proyecto educativo dirigido a 105 lactantes, caminantes y mayores; un proyecto de sensibilización medioambiental que repercute directamente en las familias. Esto es “Cultivando los sentidos”, la iniciativa de la escuela infantil de Mendillorri que arrancó hace dos cursos.