Clima, energía, biodiversidad, residuos, y en referencia a ellos los plásticos… Estos son los trending topics del medio ambiente actual. Pero la relación entre estos temas no se refleja en ninguna parte. Al menos eso es lo que dice la divulgadora científica Ana Galarraga. En su opinión, a pesar de la cantidad de información que encontramos en los medios habituales, y de la emergencia climática a la que nos enfrentamos, la sensibilización medioambiental no ha aumentado. “La economía y la ecología son lo mismo, y entenderlo nos hace repasar nuestro modo de vida, y eso nos exige esfuerzos”.
Julio Díaz y Cristina Linares son profesionales de investigación científica y de divulgación. Consideran que la divulgación, a cualquier nivel, y aunque exija un esfuerzo añadido de “traducción”, es imprescindible para concienciar y sensibilizar. Y para ello utilizan todas las herramientas que encuentran a su alcance. Incluso una cuenta de twitter que ya cuenta con más de 7.200 seguidores.
Nuestro estilo de vida actual necesita mucha más energía que la que se necesitaba para vivir antes de la Revolución Industrial. Nos movemos mucho más y en distancias más largas. Transportamos más. Producimos más. Y consumimos más, mucho más.
Para todo esto necesitamos energía y para obtenerla utilizamos, sobre todo, combustibles fósiles que provienen de reservas limitadas, cada vez más escasas. Unos combustibles que envenenan el planeta y a sus habitantes, entre quienes se encuentra el ser humano…
En una comunidad nómada de Chad se ha alzado la voz de Hindou Oumarou Ibrahim, activista medioambiental que ve cómo el cambio climático transforma su realidad. Geógrafa de profesión, ha unido la tecnología, la ciencia y los conocimientos ancestrales que tenía a su alcance y ha puesto en marcha un proceso participativo para que integrantes de su comunidad conforman mapas y maquetas 3D donde indicar en qué lugares se encuentran los mejores pastos, árboles frutales y plantas medicinales.
¿Es normal que los mismos ríos se desborden en el plazo de un mes? ¿Es normal amanecer el día de Año Nuevo con una temperatura de 24 grados cuando las personas de más edad lo recuerdan cubierto de nieve? ¿Es normal no quitarse la chaqueta por el frío en el tiempo en el que antes playas y piscinas estarían atestadas? ¿Es esto el cambio climático?
El lenguaje nunca es neutro. Cuando variamos el lenguaje, también alteramos nuestra forma de ver el mundo. Prueba de ello es comprobar la evolución que ha sufrido nuestra percepción del cambio climático. Porque no es lo mismo hablar de calentamiento global que de emergencia climática.
Debido al aumento de las temperaturas como consecuencia del cambio climático muchos animales del hemisferio norte se están trasladando hacia latitudes más elevadas para sobrevivir y abandonan las más cálidas. Las plantas no pueden hacerlo, por eso las aves migratorias juegan un papel crucial en su dispersión y conservación, ya que permiten que las semillas puedan recorrer largas distancias y que germinen a decenas de kilómetros para poder ocupar sus óptimos climáticos.
¿Te has fijado alguna vez que en verano la temperatura en las áreas urbanas es bastante más alta que la de las áreas rurales? Eso se debe a que el asfalto y las estructuras de metal, cristal y hormigón retienen el calor. Por eso juegan un papel tan importante los árboles y jardines urbanos. ¿Lo habías pensado alguna vez? De nuevo hablamos de la importancia de la integración de la naturaleza en los entornos urbanos.
El meandro de Areatzea de Navarra ha pasado de ser una escombrera a convertirse en un lugar de esparcimiento para la ciudadanía. Además, se ha registrado como el primer sumidero de CO2 de Navarra en el MITECO y, ahora, ha entrado a formar parte del proyecto “Archipiélago de Bosques” con una plantación de 1.075 ejemplares de una amplia variedad de especies autóctonas
Francia ha decidido prohibir los vuelos de corta distancia a través de un proyecto de ley que prohíbe los vuelos regionales que puedan ser sustituidos por un viaje en tren de menos de dos horas y media. Varias voces expertas afirman que este no es el mejor momento para limitar los vuelos, mientras el sector ecologista considera que la medida es insuficiente. ¿Será posible encontrar en algún punto el equilibrio entre la salud del planeta y la de la economía?